jueves, mayo 17, 2007

LA OTRA PASION VERSUS DE CORAZON


Cuando uno pasa mucho tiempo frente al televisor, ve tantos programas que no se sorprende con los plagios, copias o “adaptaciones” de que son victimas algunos programas internacionales para poder ingresar al mercado nacional. Dentro de este tipo de programas tenemos las “chilenizaciones” de los diferentes realities que a través del cable podemos ver y es así como nos encontramos con un programa notable de Fox Sports, “Atlas, la otra pasión”. Reality que describe la esforzada vida de un club deportivo de cuarta división del fútbol argentino. En él vemos el esfuerzo y sacrificio que realiza un grupo de hombres para lograr hacer surgir al “ultimo de los últimos” en un país donde el fútbol lo es todo; su nombre lo dice: la otra pasión”, la pasión de los que no están en primera, los que no tienen las lucas para dedicarse de forma profesional al deporte que llena sus corazones.
Atlas va en su tercera temporada, y la realización del programa es una apuesta innovadora para el deporte, en éste caso para el fútbol, y en especial para el club atlético y deportivo Atlas, que ha visto como todo un continente se ha identificado con la causa del club; salir del estigma de ser el ultimo, el vilipendiado por todos. Un continente entero saltando en las graderías precarias del estadio Ricardo Puga en General Rodríguez para alentar a un equipo hecho a punta de esfuerzo, sufrimiento, sudor y lagrimas. Atlas es una demostración de sacrificio humano, de lograr metas con más ganas que nada, no hay plata, nada les ha llegado de casualidad. El impacto que tuvo el programa de 1 hora los lunes por la noche a través de la señal de Fox Sports caló hondo en los hinchas del fútbol, al ver tanta entrega honesta y se volcaron a apoyar una causa noble como lo es el desarrollo de las actividades deportivas en un país que se caracteriza por amar el fútbol por sobre todas las cosas. Las donaciones en indumentaria deportiva, ayuda económica y un largo etcétera solo hacen que se nivele hacia arriba y se crea más en proyectos como ese. Argentina es un país con pasión futbolística.
Innegablemente después de ver un trabajo serio como el que se realiza detrás de la producción del programa, uno queda entusiasmado con la idea de poder realizar un tipo de programa similar acá en Chile y que tenga el mismo nivel de producción, el mismo nivel de atención que tiene “Atlas, la otra pasión”, pero el mercado nacional, un mercado mediocre, en donde lo importante es el lucro antes que el resto, no puede asimilar lo que de verdad significa el amor a una camiseta. No hay una verdadera apuesta a un proyecto serio, donde lo que se emita por las pantallas sirva de ejemplo para subir el nivel del deporte nacional. La pantalla es el reflejo de una sociedad, y lo que vemos en nuestras pantallas locales es el reflejo de una sociedad mediocre, sin pasión, sin garra, donde la envidia y desapego por instituciones con trayectoria dan lo mismo.
Nos encontramos así con un Canal Del Fútbol, señal creada bajo el mandato de Reinaldo Sánchez para poder solventar una actividad que se dice profesional, (el fútbol de primera división); llega así a nuestra parrilla de canales por cable el CDF, canal de factura pobre, un canal comunal tiene mas entrega y profesionalismo de lo que este engendro televisivo puede llegar a lograr en su historia de vida. Con factura pobre, hecha a la rápida para poder justificar los millones de pesos que se cobraban para poder ver los goles un domingo en la noche. El CDF es un canal huacho, sin instalaciones propias, con producciones externas, con equipos arrendados, nada propio para ser considerado un canal de verdad, es casi como una empresa fantasma o de papel, al borde de tratarse como una empresa para lavar dinero, la turbiedad no es ajena al mundo que rodea al precario fútbol nacional. Con bombos y platillos llega el CDF a marcar tendencias, a hacernos creer que nos estamos perdiendo las mil maravillas en cuanto a televisación de partidos del fútbol local. Pero todo es mentira. Pobremente el CDF trata de imitar programas de las cadenas ESPN y Fox Sports, disimulando de manera vergonzosa los plagios o mejor dicho, los robos a mano armada, de que son víctimas algunos programas de las cadenas internacionales, para “adecuar” esos programas a la idiosincrasia nacional, esa que la mayoría de los ejecutivos de televisión creen que es ignorante y muchas veces, idiota.
Pero la culpa no es del CDF, ellos no tienen la capacidad de razonar de manera normal, ellos son victimas de un mercado chanta, de productoras chantas, de gente acostumbrada a hacer televisión mediocre que creció o se engendró en los estudios de televisión abierta, rechazados de TVN o Canal 13, una vez que estos decidieron profesionalizar su televisión, estos tipos se quedaron sin nada, pero seria por poco, volverían con esa idea del CDF a hacer la televisión mediocre que engendraron y hoy lo tenemos a la vista.
Ejemplos de mediocridad son las transmisiones de los “clásicos” del fútbol chileno, entre Colo-Colo y la U. de Chile o el clásico universitario, donde la producción es tan pobre que no da para mas de 8 o 10 cámaras; mejor ni hablar de los comentaristas y relatores Comparados con la transmisión monumental que ofreció Fox Sports para el clásico River-Boca con 42 cámaras, y una transmisión ininterrumpida desde las 11 am hasta las 22 pm, con todo el canal volcado a hacer programas referentes al partido en si, y que decir de la transmisión del encuentro, fue algo que uno solo ve en las transmisiones de los mundiales de fútbol o finales de copas europeas.
Pero como decía, la culpa no es del CDF, es de las productoras y en un caso puntual la productora de Marcelo Salas, encargada de llevar a las pantallas “Ferro de corazón”, reality que es una evidente copia a “Atlas”, pero llevado a niveles burdos y mediocres que no alcanzan para ser catalogado como un programa que valga la pena verlo. El descaro de copiar el formato, “chilenizarlo” y después llenarse de orgullo de tener un programa de dudosa calidad al aire, es algo que llama la atención de cualquier persona que vea tele seguido y que sepa que lo que está viendo es un fraude. Porque eso es lo que es “ferro de corazón”, un fraude, hecho con un par de chauchas, con una equipo periodístico que si bien rescata algo, no logra opacar el resto de innumerables falencias técnicas y de contenido que acarrea el programa en sí. Una edición pobre, una postproducción aun mas patética, dejan en evidencia un apuro en tomar una buena idea (Atlas la otra pasión) y convertirla en un engendro del que nadie quiere hacerse responsable.
Alguna vez pensé en qué equipo nacional valdría la pena ver adaptado el formato de “Atlas” y pensé en Magallanes como la institución elegida, o incluso una mas emblemática: Barrabases, pero nunca pensé en Ferro. Puede que Ferro se merezca esa oportunidad de ser conocido en el resto del país como la institución noble que brilló en un pasado descolorido por el paso del tiempo, pero el nivel de la gente que hoy hace uso de esa institución deja mucho que desear, mostrando una nivelación hacia abajo, donde el nivel sociocultural de sus jugadores deja en evidencia una ignorancia que da vergüenza ajena. El grupo técnico encargado de dirigir a esos muchachos, es aun mas triste, un DT que no sabe hablar, que se nota que ha visto a “atlas” y trata de copiar de manera ridícula a Néstor Retamar, el DT de Atlas, es una muestra del patetismo del que no solo sufre Ferro, sino los encargados de llevar delante el programa en cuestión. Nivelando hacia abajo no se puede llegar hacia arriba, no se pueden lograr objetivos deportivos si se tiene un grupo humano tan pobre de mente. No hay una preocupación por parte de los mismos encargados del programa de hacer que el equipo o la institución nivele hacia arriba, que aspire a más de manera más digna y que así y solo así sea un verdadero ejemplo de superación.
Un programa hecho a la rápida para que no se note el plagio o robo, deja en evidencia la falta de prolijidad en la planificación de producción del programa. Es como si se trataran de evitar las comparaciones con el show original de Fox Sports, como tratando de marcar una tendencia inexistente en un medio en que el fútbol Profesional o de primera división es tan pobre como el de cuarta.
Atlas, la Otra Pasión deja un mensaje en cada emisión de sus capítulos, cosa que carecen los episodios de Ferro, donde la mala pronunciación, la mediocridad, la mala leche entre colegas de “profesión” son pan de cada capitulo.
Ferro de corazón es un programa malo, partiendo desde el mismo momento de su concepción en alguna oficina del sector oriente de la capital hasta el momento de su emisión por la señal del propio CDF.

En qué momento VTR prefirió reemplazar la señal de T&C Sports para dar espacio al “CDF Básico” es algo supongo responde a criterios económicos, pero por mi, ojala nunca lo hubieran sacado. Sé perfectamente que la calidad del CDF no vale la pena tener dentro de la parrilla de canales dedicados al deporte y menos si su contenido está lleno de plagios o copias burdas de programas de calidad que los propios ejecutivos del CDF no pueden crear con sus propias mentes.
Y qué puede hacer uno que solamente es un televidente? Nada, salvo hacerles saber a los “ejecutivos” lo que uno piensa ya que no veremos nunca cambios que respondan a los verdaderos gustos o comentarios que entregue el cliente, y que se supone deberían porque el cliente siempre tiene la razón, pero parece que cuando se trata de televisión, no tiene la razón, ahí pesa el billete y el compadrazgo.

jueves, mayo 03, 2007

2 por 1 MOTORHEAD Y SOULFLY EN VIVO

Motörhead en vivo

Pagamos nuestras culpas


Han pasado cerca de 10 años, cuando Motörhead vino por primera vez a Chile y se presentó en el Teatro Caupolican, solo asistieron 800 personas. Una vergüenza. Explicaciones para eso pueden haber muchas, desde la poca información o poca publicidad que tuvo el evento; de hecho, yo solo supe de ésa venida 2 días antes y no tuve plata para ir, pero en fin. Fue una noche penosa para el rock nacional y para una banda emblemática como lo es Motörhead, que al ver solo 800 personas se sintió menospreciada por el rockero nacional. Así también lo hizo ver Anton de Criminal, banda que teloneó en esa oportunidad a la banda de Lemmy, diciendo que el chileno era poco fan e ignorante. Pese a todo, los Motörhead igual hicieron un casting después del show para llevarse a algunas chicas que fueron al show. Rockeros.
Y el 2 de mayo de 2007 nos volvimos a encontrar con Lemmy, ésta vez en un estadio Chile, con casi 5 mil personas gritando “Motörhead” a cada rato en una especie de pedida de disculpas o manda por haber insultado a tan mítica agrupación encargada de engendrar a muchas de bandas que hoy circulan por el mundo. Se notaba desde la entrada al recinto que todos los asistentes cargaban con la culpa o vergüenza de haberle faltado el respeto a Lemmy y compañía, pero a la vez se podía ver en sus ojos que querían enmendar sus errores gritando, saltando y dejando todo en el momento que la banda saliera a escena. Tal como dicen en la película “Airhead”, “Lemmy ES Dios” y uno le debe respeto.
Pasadas las 20:15 comenzó el desfile de roadies que afinaban los últimos detalles para la puesta en marcha del show, y en ese momento se confirmó un mito: Lemmy usa oxigeno para durar la hora 20 de show. Pasó el roadie con el cilindro tamaño “personal” de oxigeno, hacia detrás de los amplificadores donde descansaría Lemmy en los intermedios. Fue como saber que el viejo pascuero no existe, no importa que te lo cuenten, aún así no lo crees, pero cuando lo ves sientes un poco de lata y asumes que los tiempos pasan por igual para todos.
Cerca de las 21 horas se apagaron las luces y Lemmy hizo su entrada triunfal. Faltó poco para recibirlo de rodillas y pedirle perdón, pero Lemmy se dio cuenta que estábamos todos dispuestos a rendirles pleitesía para exorcizar nuestra falta de respeto. Y esa forma de pagar fue la que Lemmy impuso: un combo en el rostro que duró 1 hora 20 minutos de show, con una canción tras otra, sin darnos respiro, nos hizo sudar, sobretodo a los monos de cancha que salían despedidos cada 1 minuto por tanto mosh.
Motörhead fue una aplanadora, certera que se paseó por todos sus éxitos y temas más acelerados, con un sonido casi perfecto, mucho volumen y nitidez, fue uno de los pocos shows que ha sonado bien en este lugar.
Cada cierto tiempo Lemmy se encargaba de agradecer a la audiencia y pedir que gritaran, para demostrar qué tan enfervorizados estaban.
La anécdota llego cuando alguien lanzó la bandera nacional y Lemmy, el buen Lemmy, pidió que su roadie la colocara sobre sus amplificadores, el tipo la tomó y la colocó al revés, con la estrella abajo, el abucheo fue generalizado, pero Lemmy lo corrigió y le hizo que la pusiera bien, los aplausos no podían ser más fuertes, y las risas tampoco.
“Sacrifice”, “Over the top”, “The chase is better than the cash”, “Metropolis” fueron algunos de los temas que mantuvieron al respetable cabeceando todo el rato hasta que vino el cierre con “Ace of spades” y “Overkill”. Lemmy y compañía no se cansaban de agradecer al público por el apoyo entregado. Y no era para menos, teníamos que pagar nuestras deudas.


SOULFLY EN CHILE.

ROOTS BLOODY ROOTS




Lo de Soulfly en Chile fue algo muy loco y contradictorio; primero se anuncia su show para el Estadio Chile, un lugar pequeño pero con historia y que hace que se sienta bien, pero lamentablemente la poca venta de entradas, y esto echémosle la culpa a la ola de eventos de rock que hacen que ningún bolsillo aguante tanto asalto por entradas, opte por elegir con pinzas los eventos a cuales asistir y en éste caso, Soulfly no fue prioridad para el rockero nacional, dejando así a la banda y a la productora en una disyuntiva peligrosa: hacer o no el show. El show felizmente se hizo pero se cambió de local: “Entre Dos”; disco del sector de Gran Avenida, pequeña, pero mas grande que la extinta Laberinto…alguien se acuerda de ese local?. En fin; el sucucho estaba lleno, al ojo rápido unas 2 mil personas, que repletaron el sector “cancha” y la “galucha”. Los teloneros anunciados (Sangre aborigen, Rey Chocolate y Total Mosh) no se aparecieron, supongo que por los motivos de presupuesto, pero en todo caso no se echaron de menos y con Slayer de fondo esperamos hasta las 20:15 hrs., cuando hace su aparición magistral Max y el resto de la banda.

El target que repletó el local era todo el grupo de niños que creció escuchando “Agrro metal” (campesinos que se dedican al rock) con bandas como koRn y otras entre el 95 hasta la salida del “Roots” de Sepultura el ‘96 y posteriormente la formación de Soulfly el ’98 y de ahí en adelante con las tendencias renovadoras del rock; de ahí se desprende que la mayoría no sobrepasara los 24 años de promedio.

Ahora bien, partieron con “Babylon” del disco “Dark ages” y siguieron con “Prophecy”, “Seek & strike”; y el desfile de temas coreados por la masa fiel a un Max, que mantiene sus gritos con la misma intensidad que cuando militaba en Sepultura, no dejaban respiro. Incondicionales, que Max retribuyó entre cada tema dando las gracias en español. El list de temas de Soulfly dio espacio a los covers de “Roots Bloody Roots” donde el local casi se vino abajo, luego “Refuse/Resist” donde nuevamente el local corrió peligro de derrumbe. Temas de todos sus discos pasaron a escena dejando en claro que la banda que acompaña a Max está más que afiatada y demostrando que son una mole con su sonido en vivo; a propósito de sonido, en un principio sonó despacio, pero lentamente fue subiendo en decibeles para lograr que la muralla que era Soulfly quedara impregnada en los oídos de los asistentes. Buen sonido para un local poco habituado a tal ruido. Hubo un problema con una parte “Semi acústica” del show en que una guitarra flamenca sonó muy despacio pero se logró imponer entre los gritos de la masa.
Momentos altos de la noche que en una hora y media dejó la crema, fueron “Jump the fuck up”, “Bring it”, “Bleed”, “The song remains insane” y cuando salieron al ruedo “Wasting way” tema de Nailbomb (proyecto paralelo a sepultura junto a Alex Newport y que, muchos de los asistentes no conocían), “Inner Self” del “Beneath the remains” de Sepultura, “Policía” cover que hacía en Sepultura; “Back to the Primitive” y cerrar finalmente una noche llena de actitud del nativo con “Eye for an eye”. Max se dio el tiempo de cambiar poleras y aparecer al final con la de la selección chilena de fútbol, como buen hincha del balón pie…no por nada viene de Brasil, donde el “jogo bonito” es furor..
Como dato “tribia basurienta”, Al final de “Eye…”cerraron con el comienzo de “Creeping Death” tema de Metallica y con eso se acabó la música del escenario para dar paso a la entrega de baquetas por parte de ese monstruo de batero que acompaña a Max.
En 90 minutos exactos Soulfly entregó un list sin respiro y que dejó al público conforme y que, a las 22 horas comenzó a salir del local para partir, seguramente a algún carrete para festejar el tremendo show del que fuimos testigos algunos pocos privilegiados de ver por primera vez la arremetida de Soulfly en tierras sudamericanas.
Soulfly fue de menos a más y valió la pena.