sábado, julio 23, 2011

y recien 20 años...



Fue una tarde, lo recuerdo bien. Había sol y, había llegado de clases; como siempre, en mi pieza había desorden: la ropa tirada, la mochila abierta, cuadernos desparramados, cassettes sueltos, la tele encendida. Sonido para silenciar el ruido interior, eso era la tele en las tardes, en el tiempo muerto; entre decidir qué hacer y qué escuchar. Sin esperanza ni atención comienza a correr un video de un chascón con chaleco rayas en un gimnasio de un colegio. La guitarrita con una melodía simple, que explota a los 7 segundos con una batería igual de simple, pero demoledora. Bienvenidos a los noventas!
No había duda que en esos minutos todo cambió para el mundo entero, para bien o para mal; ahí estaba. La simpleza y la honestidad. No había gel en el pelo, no había ropas estrafalarias, no había chicas guapas con poca ropa, no había cuerpos esbeltos, ni nada clínicamente planeado para sonar y verse así. Esto era común y normal. Jeans, pelo largo, sucio, ropa usada, rostros comunes, pero sonido nuevo. Listo, la visceralidad había sido implantada. Así se presentó Nirvana en mi vida, con la misma normalidad que los caracterizó, sin afiches, ni colores. ¿cómo alguien podía hacer un coro tan idiota, pero a la vez tan efectivo como decir hello, hello, hello, how low, how low? Ni idea!, pero fue un golpe que no me esperaba. Qué querían si era 1991 y estaba bombardeado de música: Metallica con ese sobreproducido pero, certero Black Album; Guns N’ Roses comiéndose al mundo con Use Your Illusion; el mainstream en pleno. Poison y Motley Crüe daban manotazos de ahogado en un mundo que no daba más espacio al glam rock, y uno en medio de la radio con New Kids On The Block, el pop más basuriento de la época y entremedio “Come as you are”. Claro, los noventas fueron en pañales, la internet no se masificaba aún, no había la facilidad que hoy se tiene para encontrar música; en esos tiempos costaba mas, los recursos eran escasos, los contactos pocos y había que caminar por la ciudad para encontrar lo que fuera que andabas buscando.
Y me hice de una copia en cassette de Nevermind; su carátula tan celeste sobresalía del mostrador de la Feria Del Disco, en el sector “Rock Anglo”. Ahí estaba, a un lado de la serpiente mimetizada de Metallica. $3990, fue lo que cancelé por el cassette. Como buen C4, no poseía “personal Stereo”, asi que corrí a casa a escuchar la adquisición. Ya “Smell Like Teen Spirit” sonaba en la radio y “Come As You Are” se abría paso. Una vez en casa, el ritual: abrir el celofán, tomar cinta scotch y cubrir los títulos de la cara A y de la cara B para que no se borraran con el uso. Hasta el día de hoy, mi copa de Nervermind suena digna y se ve como nueva. Luego de ese proceso (que realicé con cada cassette original que tuve) me dispuse a escucharlo. 40 minutos después no podía creerlo.
El sonido de ese disco era algo increíble, tan simple, pero a la vez con tanta fuerza, no era el Metal que había escuchado, no era el punk que odiaba en ese tiempo; “grunge” me dijeron que se llamaba, otros me dijeron que era “rock alternativo”. Ni idea, no me importaba, para mi era el mejor disco que había escuchado, era la banda mas honesta que había en mi pequeño mundo, en esa pieza. Había que buscar las letras. Así llegué a San Diego, en busca de esos cancioneros artesanales, donde venían los acordes para sacar los temas en guitarra. $200 pesos por una copia de Nirvana. Cómo era de esperar, las letras venían erradas, las traducciones no cuadraban; comenzó el trabajo con el diccionario Inglés/español. Y vamos traduciendo y tratando de comprender “una guagua le dijo a otra “soy afortunado en conocerte”, no me importa lo que pienses a menos que se trate de mi” qué diablos significaba eso! Cómo podía sentirme identificado con esas letras? No importaba, no tenía por qué hacerlo, era libre, era la idea de Cobain, lo que él quería decir, y suponía que para él estaba bien y si yo no lo entendía era mi problema, no de él. Por qué debíamos amoldarnos y pensar cómo él?. En el fondo, muchos quisimos ser él, tener ese desencanto que se podía leer en las entrevistas. Pero estábamos lejos, no podíamos retratarnos tanto, estábamos en el culo del mundo. Lo mas cerca que lo tuvimos fue en 1993 cuando Nirvana tocó en Argentina, y por “Sábado Taquilla” vimos una lamentable entrevista a Dave y Krist, pero era lo que había en ese tiempo.

Hoy ya son 20 años desde ese mundano hecho que significa poner un disco en el mercado; claro, hoy ya no es lo mismo, simplemente se descarga. Pero el romanticismo que había en el ritual de adquirir un álbum era algo que ha muerto. Y se extraña. Recordar lo que fue llegar a Nevermind es emotivo, es un recuerdo un poco distante, pero ahora escuchando el disco, cuando escribo esto, se siente que es un disco que no envejece, su sonido no denota el paso de 20 años, el paso de nuevos géneros musicales, de cambios políticos, de hechos que han cambiado al mundo; no. Nevermind tiene eso que lo hace un gran disco: la capacidad de permanecer intacto en el tiempo. Suena nítido, brillante, honesto, simple, potente. Es un disco redondito, como alguna vez me dijo un amigo. No tiene canciones malas, dura lo que debe durar, no hay nada malo en él; una muy buena producción, arreglos simples, pegajoso, ondero, con feeling, bien armado en el orden de los temas.
Ahora claro, la mitología, el tonel de información que ha aparecido durante los años, los registros, los documentales, las biografías todo eso solo ha servido para corregir o aumentar el conocimiento que se tiene sobre este disco, pero es paja molida al final del día, porque el haber experimentado ese momento es algo irrepetible, haber estado ahí, haberlo vivido no tiene comparación. Sin duda que si hay que buscar al disco que defina a los noventas, simplemente hay que levantar la mano con una copia de Nevermind y listo, fin de la discusión. 30 millones de copias vendidas en el mundo no es menor, no podemos estar tan equivocados.

domingo, julio 10, 2011

tiempo

ha pasado mucho tiempo desde la última actualización, lo sé. pero han pasado cosas (no tantas como me hubiera gustado), pero en parte han ocupado el tiempo para tener dejar este rincón un poco abandonado. hay mucho que comentar de este país hecho hasta la mitad, no han sido pocos los eventos masivos, los hechos de actualidad y contingencia que han marcado desde un tiempo a esta parte a pais.
y uno aqui, con muy poco tiempo para poder procesarlo todo, pensando muchas cosas, pasando rabias, momentos alegres, compartiendo con amigos; tratando de tener una vida, esa que es lo que nos sucede cuando nos preguntamos qué es la vida.
y entre tanto tiempo perdido han salido cosas minimas, que reconfortan al alma y al espíritu, con una buena banda sonora de fondo, la vida se vuelve mas amigable, cuando todo parece perdido, volvemos a seguir dando una lucha, que desgasta a la mente y seca el alma, pero las fuerzas no se agotan para continuar creyendo en eso que tantas veces se me ha negado, y que sin duda, seguirá negandose para mi, pero no importa.
ya habrá tiempo para solucionar eso, ahora solo queda mentalizarse en que lo que se puede venir, sea de la mejor manera y si no sale, bueno..siga participando, porque para ver al alma disfrutar hay que pasar por todo lo que la vida tenga preparado.