Pero todo eso es una realidad. Yo trabajé en un sello, me echaron porque en el 2000 la piratería estaba haciendo estragos a nivel mundial; muchos fueron despedidos en todo el mundo en las diferentes disqueras, la fusión entre Sony y BMG , o la de Poligram con Universal son muestras que el negocio se estaba reduciendo y que no había suficiente mercado para todos y lo peor, no había plata para mantener a tanto trabajador en un negocio que había dejado de ser de exclusivo dominio de las multinacionales (ese nombre tan horrible para algunos artistas, “transnacionales”).
La masificación explosiva de Internet en el mundo entero, la aparición del formato MP3, las descargas ilegales, las copias, la piratería hizo sucumbir al negocio establecido y las perdidas económicas fueron cuantiosas, no hay duda.
Las bandas y artistas buscan nuevas formas de entregar su música y que ésta sea legal y aun así poder recibir algún dólar huacho por sus ventas y poder así ganarse la vida, como todos, pero a los “inescrupulosos” no les importa, a nadie le importa, la música perdió el respeto de sus seguidores y todos bajamos música gratis.
La industria agoniza de manera definitiva, los inventos mediáticos de Radiohead por vender su disco de manera directa según lo que quiera pagar el consumidor, solo demostró ser una buena idea, solo el 32% de los fanáticos pagó por el disco, y de ese porcentaje, un numero menor pagó mas de 5 dólares por el disco, siendo el publico norteamericano el que pagó esa suma en mayoría, el publico ingles pagó menos de 4 dólares por el mismo disco, el 62% lo descargó gratis.
No es novedad que los sellos se hayan aliado con las radios para promover a sus artistas, casos emblemáticos a través de la historia hay muchos siendo el de EE.UU. a mitad de los 50’s y el caso de las “payolas” el ejemplo clásico de influencia monetaria para poder hacer sonar a un determinado artista por medio de pagos a los discjockeys de la época. Hoy eso continúa y es casi normal, yo lo vi.
El respeto por el gusto del auditor quedó de lado y el negocio fue eso: un negocio. Donde el sello presiona a las radios para hacer sonar a sus artistas y así vender sus discos. La preferencia del radioescucha queda limitado a lo que el sello quiere promover y no a lo que el auditor quiere escuchar, la radio se vuelve simplemente un títere que necesita dinero para subsistir y ese dinero lo encuentra en la publicidad y en los acuerdos “estratégicos” con los sellos. Estoy descubriendo la pólvora? Claro que no.
Durante el comienzo del siglo 21, en el año 2000 en adelante, las radios se han vanagloriado de su llegada masiva, se han jactado de su poder de moviendo de masas y han vociferado la muerte de la industria musical, la agonía de los sellos como una victoria, al demostrar que la piratería mató a los sellos pero no a la radio.
Y cada cierto tiempo se habla de las bajas en las ventas de discos y en las alzas de descargas ilegales de música y de cuantos empleados de sellos fueron despedidos por cierre de subsidiarias de las multinacionales. Pero la radio ha olvidado decirnos, o mejor dicho, quiere esconder el triste hecho que hay alguien asesinándolos lentamente también.
Si bien la piratería ha matado a la industria, a la radio la está matando Internet. Los MP3, los Podcasts, las radios que solo transmiten por Internet, el compartir música entre usuarios ha dejado a las radios tradicionales sin auditores.
¡acaso las radios no han acusado el golpe? Por supuesto! ¿no quieren decirlo? Obvio!
Los ratings de audiencia en Chile han bajado, los conglomerados acusan el golpe de la peor manera: sus ingresos por publicidad han bajado, la gente NO está escuchando radio, los reproductores de mp3 o 4, el Ipod son la preferencia del publico; la gente prefiere escuchar música a eternas tandas comerciales interrumpidas por canciones.
La radio dejó de ser un medio de comunicación y se convirtió en un negocio como todo; y está bien. No se culpa, pero debe haber un mínimo de respeto por el consumidor, perdón…auditor. Pero no lo hay.
Ahora con la irrupción de los blogs, y tantas otras derivaciones de los “Logs”, ya es un hecho que la nueva ola son las transmisiones por Podcasts donde cada persona puede transmitir para quien esté dispuesto a escucharlo y ese será el momento en que las radios que, ya están haciendo agua deberán replantearse si tienen a los locutores o animadores idóneos para decir cosas que valga la pena escuchar, ya que si bien de un tiempo a esta parte, las voces de la radio se convirtieron “rostros” y la gente de la tele se tomó los micrófonos, puede que las cosas cambien y la radio como aprendizaje, vuelva a retomar ese “aire romántico” que la hizo ser especial y mágica para muchos.
Capaz que hasta yo haga una radio on line…