sábado, diciembre 19, 2009

POLITICA EN JUPITER


Ha pasado un poco mas de una semana después de la elección presidencial, y ya es bien sabido quienes disputan la segunda vuelta. Lo que queda, (si es que el análisis da para tanto), es el significado o utilidad que tuvo tanto discurso o llamado de un lado u otro para con los votantes. A dónde voy? Simplemente qué tan decisivo o útil fue el voto “rechazo” o “voto protesta” que 2 candidatos usaron a su favor.
Primero tenemos a Gheppeto a.k.a. Jorge Arrate, quien como buen comunista, propuso una candidatura honesta, donde no tenia nada que perder y ofrecer un discurso directo sin blanqueaduras de ningún tipo y listo. Sabía que contaba con un porcentaje ínfimo, pero que más allá de lo conseguido, son su capital a negociar en segundas vueltas siempre. Porque claro, en el hipotético caso que Arrate hubiera llegado a La Moneda, qué conseguía? Si no habría tenido apoyo en el congreso para pasar sus “reformas”; entonces es obvio que jamás habría salido electo y su gobierno habría sido un fracaso tan rotundo, obviamente aportillado por los partidos de centro derecha (incluida la Concertación) con el único fin de hacer parecer al gremio comunista como un cáncer que solo traería rencor y malos recuerdos, ¿le suena a alguien el año ’73? Mmm bueno.
Pero la campaña del terror que se habría librado entre “congreso centroderechista” y gobierno Arratista habría sido tanto peor que en esos locos años ‘70’s. aparte que seamos honestos, la masa que se mueve por este país, muy inteligente no es y no habría sabido apreciar los pequeños triunfos comunistas en un país pseudo desarrollado con abierta economía social de mercado tercermundista, y claro, los mas progresistas y recalcitrantes hinchas y fans de la ideología comunista NO están inscrito o no tienen edad suficiente para votar. Gran logro de una ideología que está en coma hace muchos años, sino pregúntele a Cuba.
Pero por honestidad Arrate y su candidatura ganaron por lejos, eso no se niega ni discute, es un hecho concreto.
En segundo plano tenemos al fenómeno mediático de Marco Enriquez-Ominami; de aquí en adelante identificado como ME-O (ya saben lo largo y latero que resulta escribir su nombre); su propuesta de “cambio” (palabra tan manoseada desde el 2000) fue un robo limpio a la derecha, el volador de luces, que se le puede criticar todo desde ambos lados del espectro político, pero que refleja en el mismo target objetivo, que hay un cansancio y la necesidad de un cambio, de abrir la ventana y ventear el ambiente, para renovar a la política, mas allá de poner rostros “juveniles”, caras “nuevas” y “locas” ideas de hacer política, lo que hay (había) detrás de la campaña de ME-O era la opción de decir que hay un grupo de gente que quiere hacer política porque crecieron en democracia y han visto como se han hecho las cosas y quieren hacer “la practica” (si es que esa es la palabra adecuada) para ver cómo administrar un país, para demostrar que gente joven puede y tiene las ganas de hacer un mejor país; el cansancio del paternalismo añejo de la Concertación y su discurso de decir que ellos saben cómo hacer política y manejar un país, porque ellos saben lo que fue vivir en dictadura y todo un discurso tan trillado como anacrónico. Obvio que a la candidatura de ME-O le faltó un peso y una convicción mas seria, pero la idea en si era buena y cautivadora, casi para la misma parcialidad cansada de lo mismo, cansada de 20 años de control de la “Concertación”, que seamos francos, ya no puede estar mas agotada; porque realmente lo está, la renovación de sus rostros es algo tan paupérrimo, que el hecho de lanzar a Frei como candidato, demuestra que no hay alguien que pueda hacer algo digno, o por lo menos renovar el ambiente, pero ya llegaremos al candidato “oficialista”.
El problema mayor que tuvo ME-O, fue su señora, la Karencita, no puede ser primera dama, si bien la señora tiene llegada con la “Señora Juanita”, no puede identificarse ni mandarse frases como “estoy pensando qué color de alfombra pongo en la Moneda”, ese tipo de frases suenan tan faranduleras que, simplemente hacen mas Light una candidatura que, si ME-O hubiera estado casado con una mujer de perfil mas bajo y con un pensamiento mas centroderechista, habría sido una opción mas que atractiva a la hora de tratar de escuchar el discurso propositivo del cineasta.
Pero fue sorprendente que tanto Arrate como ME-O obtuvieran un buen porcentaje de votos, que conjuntamente casi igualan al obtenido solo por Frei y a la vez, el porcentaje de votos nulos y blancos de la elección del 2005 en primera vuelta sea casi el mismo con estas elecciones. Solo una diferencia de casi 15 mil votos entre más en estas elecciones, en comparación con las del 2005.
Ósea la fuga de votos de “rechazo” o “protesta” se fugaron del lado de la Concertación, que tiene que pagar el precio de su acabronamiento en el gobierno y de todos los cagazos, bien conocidos por todos.
Ahora bien, la Concertación oficialista tuvo en Frei el ultimo salvavidas a una coalición que está desgastada por donde se le mire; el discurso de Frei fue poco creíble y su postulación al cargo fue casi una obligación por descarte, porque simplemente le “tocaba” a la DC enviar un candidato; ya habían tenido su oportunidad con Aylwin y dejaron al PPD y a los PS darse el “gusto” de gobernar”, ahora era el tiempo de volver a la vieja y querida Falange y así poner en orden las cosas. Mal.
No se puede armar una candidatura bajo la premisa “vote por Frei para que no salga Piñera”, ¿dónde está el discurso de renovación?, qué fue de ofrecer un programa que de verdad ofreciera algo mas que votar “por descarte”?
Después de llevar 20 años de “democracia”, el país y las personas merecemos un poco mas de respeto a la hora de ofrecer algún proyecto país; mas allá de que la mayoría de la gente sea una tropa de ignorantes y que solo unos pocos estén inscritos y quieran votar por tener alguna idea clara de hacia donde debe ir el país que queremos, es una subvaloración a la gente que, día a día se saca la cresta para que este país siga desarrollándose, a duras penas, pero desarrollándose al fin y al cabo.
La Concertación se farreó 10 años de gobierno, sí, leyó bien, 10, porque los primeros 10 fueron de reajustes y acomodamientos lógicos de la “transición a la democracia”; que dicho sea de paso, para algunos aun no termina. ¿Cuándo termina la transición a la democracia? Alguien dijo que la transición terminaba cuando una mujer fuera presidente del país, bueno ahí la tienen; otros dicen que finalmente la transición terminará cuando una película chilena gane un Oscar, bueno, esperemos febrero para eso. Pero el punto es que, no pueden mantener un discurso de desarrollo, cuando llevamos tanto tiempo escuchando a los mismos tipos diciendo los mismos discursos. Uno puede agradecer lo que la democracia nos ha dado a todos como ciudadanos, pero no podemos quedarnos en eso y tener como mejor argumento que para seguir siendo gobierno, tienen que votar por ellos para evitar que salga el otro. Es muy rasca ese tipo de argumentos, pero bien es sabido, que tenemos a los políticos que nos merecemos como país. Si la gente que hace a este país fuera un poco mas informada, o por lo menos fueran mas personas informadas y mas dedicadas a defender ideales, por muy utópicos que fueran, quizás tendríamos una política de mejor calidad y debatiendo con altura de mira en algún debate televisado.
Lo de Piñera es hasta justo, si se mira de cierto punto de vista; la impotencia de una derecha que se parece cada vez al equipo de la Universidad Catolica (siempre segundos), y ver que no pueden capitalizar ese desgaste natural de la Concertación, hace mas frustrante sus ansias de poder por el poder. Claro, son una opción viable de gobierno, pero eso siempre y cuando puedan gobernarse ellos primero. Su hambre por poder los hace entrar en disputas tan idiotas que echan por la borda lo poco y nada que han logrado arrebatarle al oficialismo. Los números así lo indican; logran subir porcentajes, acaparan a cierto sector descontento y aburrido con la concertación, pero no pueden capitalizar eso para ser creíbles ante la gran mayoría de personas que votan y que, al final del día, tienen claro que un personaje como Sebastian Piñera no podría ser presidente o gerente de un país.
Ahora bien, hay razón en el reclamo obvio y, hasta medio patético de la derecha de hacer pucheros por los 20 años que ha tenido el poder la Concertación, y reclamar por sus 4 años de poder, la “alternancia en el poder”, que le llaman. Pero mas allá de llegar a lo “popular” y sembrar la inseguridad como bandera de lucha en sectores de clase media baja, no han hecho mas. Claro, la derecha se rige por otros intereses, de oscuridad mayor, que incluso hacen parecer a Mr. Burns como alguien de buen corazón, pero la desconfianza que genera la “alianza por Chile” en la –aun- mayoría de chilenos pos dictadura es grande.
Bien podrían tener un gobierno, no tanto por lo que puedan hacer por el país, que seria un robo descarado y de un populismo tan desvergonzado, que haría palidecer a cualquier presidente de país “bananero”, y claro, si al final todas las armas son validas a la hora de llegar al electorado menos inteligente, y que a la vez es el mas masivo. Mientras mas cosas les den gratis, mas votos asegurados.
De qué serviría un gobierno de derecha? De aprendizaje. De aprendizaje para la Concertacion, que no den las cosas por hechas, que su restructuración sea seria y conciente de que tienen una cagada muy grande que solucionar interiormente para luego, volver a encantar al electorado cansado de un discurso gastado, de un aprendizaje que sirva para abrir ojos, mentes y oídos; para que puedan mirar desde el otro lado lo que perdieron y lo que pueden ganar si hay una convicción real de hacer un mejor país, de entregarle a la gente un proyecto serio, y que se den cuenta que la gente que vota, no es la misma que votó el 89, cansada de dictadura, que es gente que se ha ido renovando en el padrón electoral y que tiene edad suficiente para ver y analizar que as cosas no andan bien y que, son bien maduros como para elegir algo mas que al menos malo, cualquiera sea el bando.

Pero nos queda la segunda vuelta, donde efectivamente hay que elegir por el menos malo. Tenemos claro que el 6% de Arrate ha sido entregado a Frei; mas allá de toda negociación, está el discurso simple y directo: que NO salga Piñera. Así, al 29% de Frei le sumamos el 6% de Arrate y tenemos: 35%. Pero oh, rayos! No alcanza. Recurramos al 20% de ME-O; un porcentaje díscolo, que en vez de optar por Frei o Piñera, prefiere anular el voto. Entonces de qué sirvió anular el voto en primera vuelta o entregarlo a ME-O o Arrate si eventualmente había que optar entre Frei y Piñera?. Ok, concedo el “voto rechazo”, pero no habría sido mas sano elegir entre los 2 pelmazos de una vez y evitarnos este engorroso proceso de segunda vuelta? Claro que si, pero hay que dejar en claro el descontento, que por ultimo, quien sea que salga electo en enero, lo haga a sabiendas que no cuenta con el apoyo irrestricto de una masa votante volátil, y que las próximas elecciones van a tener que ser descarnadas y mas sangrientas, o en el peor de los casos, renovadas, ya sea para bien o mal.
La cierto, es que quien salga no la va a tener fácil y habrá un país que comenzará su entrada al bicentenario con una renovación obligada en su parada política, y ese cambio la mayor responsabilidad la tienen los ciudadanos que, ya sea para un lado u otro, quieren una renovación seria y verdadera en la conducción del país.