domingo, agosto 28, 2005

CHILE AYUDA A CHILE

Y paso lo inevitable….nos inundamos, pasa lo de siempre y los reclamos son los mismos, claro que esta vez los “afectados” son gente del barrio “alto”, pero paradójicamente en el barrio alto tambien hay pobres y campamentos, cosa normal para muchos, pero como por ejemplo para la alcaldesa de Lo Barnechea , eran casi una molestia que de debía ser eliminada de la comuna, con una muralla para que no enturbiaran el exclusivo panorama de la comuna con gente linda; en fin, se salió el San Carlos y quedó la media cagá, gente anegada, calles convertidas en ríos y bueno, ya saben de que estoy hablando; lo novedoso es como esa “gente” que casi nunca sufre, ahora estaban experimentando lo que significa ser un “damnificado” que dicho sea de paso, ¿de donde viene esa palabra? Supongo que viene del gringo “damn” (maldito) entonces vendrían siendo unos maldificados o que tiene mala cueva y por eso se damnifican, porque están malditos. Ahora, como dije, lo de éste fin de semana es una experiencia nueva para la gente del “sector oriente de la capital” como le gusta llamar a los noticieros ese sector de Santiago, es tanta la novedad que ni siquiera saben como reclamarle a la municipalidad de turno para que los ayude ya que se sienten “afectados” por las inclemencias del clima y para variar, a alguien tienen que culpar; en éste caso y como en todos, el gobierno. Ahora bien, la ayuda aquí no consiste en las clásicas frazadas, alimentos no perecibles y ropa de invierno; acá la cosa son sacos de arena para que no entre el agua a las casas y en lo posible, máquinas retroexcavadoras que ayuden a volver a su cause regula al río desbordado, esas son las demandas de los afectados; los municipios, quedó claro, tampoco están acostumbrados a lidiar con estos problemas tan comunes en comunas como Pudahuel, Renca, Maipú, Puente Alto y las asesorías vienen de perillas, ya que entre repartir botas de goma, vehículos para sacar a otros vehículos anegados y repartir sacos de arena, no hay donde perderse.
Ha quedado claro también que siempre las viejas costumbres vuelven, es el caso de los reporteros “buzos”, esos que pase lo que pase están al medio del cause hasta el cuello para “mostrar” la gravedad de la “situación” por la que están pasando los vecinos del sector afectado, total al fin y al cabo, el canal paga los remedios del resfriado consecuente y la licencia correspondiente. Si bien era una moda que tuvo su pick hace 4 años atrás cuando todo santiago (pa’ variar) se había inundado en 2 días, hoy las “nuevas” generaciones de periodistas “extremos” hacen lo imposible para dejar registrado su paso por televisión y sobre todo en los hechos que serán incluidos en los clásico resúmenes de fin año de todos los noticieros. Lo que se extraña eso si son los maratónicos programas “espontáneos” encabezados (literalmente) por Don Francisco, el mítico “Chile ayuda a Chile” con esas filas interminables de camines llenos de la típica solidaridad del chileno medio que sufre y comparte el dolor ajeno del compatriota en apuros por desdichas de la naturaleza; casos emblemáticos fueron los temporales de los 80’s y el mítico terremoto del 85 cuando medio Chile estaba en el suelo y la otra mitad de rodillas ante las sacudidas de la tierra. Cómo olvidar esa solidaridad, los camiones “Pegaso” de transportes “Progreso”, la gente bajando colchonetas y frazadas de camiones, cientos de damnificados hacinados en los “albergues” montados en colegios y gimnasios de las comunas más afectadas; esos sí que eran tiempos de ayuda, ahora no se ve eso, me pregunto por qué será, eso puede hablar de que la situación del país ha mejorado bastante y los “miles” de damnificados de antaño han pasado a tener una mejor calidad de vida que les ofrece solo la posibilidad de pasar frío y tener una gotera en el baño y dejar los “duros” tiempos en el olvido y solo en la memoria colectiva de un país que a cuesta de sufrimiento ajeno se ha hecho de un corazón gigante que lentamente ha dejado de la latir al son de la tragedia y el sufrimiento ajeno para concentrarse y reírse de las mismas dificultades de los “rotitos” que todavía quedan lamentablemente dando vueltas en éste país. Chile a medias.

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