Y se saldó la deuda, Peral Jam subió al escenario cerca de las 21:15 en una noche con una intensa garúa para dar inicio al esperado ritual que por más de 15 años estuvimos esperando los huérfanos de la Generación X. “Release” fue la encargada de abrir la noche y el público agradeció ése gesto, ya que el abrir el show con el tema que cierra su primer disco fue una sutil manera de decir nos demoramos mucho, pero partimos con un tema del disco que nos hizo famosos en todo el mundo.
Le siguió uno de mis favoritos “Corduroy” que hizo explotar a las más de 25 mil personas que repletaron San Cuicarlos de Apoquindo; y desde ahí Eddie y compañía fue una masa, se titaron un set de temas duros: Last exit, Do The Evolution, Given to fly, Hail, hail. En un español que yo esperaba mejor pronunciado (por sus visitas anteriores a México), Vedder agradeció la espera y prometió que no se iban a demorar mucho en volver…mmm a quien le escuché también prometer que en 6 años más iban a volver, creo que empieza con M.
El primer bloque del set, de casi una hora fue intenso y no faltó ningún tema de los más populares entre la masa de “socitos” que había y que esperaban con ansia “Even Flow” (donde quedó la cagá, todos saltando), salió al ruedo “I am mine” (con tibia recepción junto con Green Desease), el segundo momento cumbre (después de la sola aparición de la banda en el escenario) fue cuando Vedder dijo “siéntanse libres de cantar en ésta” y los acordes de Jeremy terminaron de extasiar a los más eufóricos (yo tendría que esperar un rato). Lukin pegada con Not For You, Ederly woman…, Betterman (donde el coro sonó increíble) hacían que la carne se pusiera de gallina y el momento llegó: Black. Lejos la más esperada, puede que si no la hubieran tocado, los desmanes no se habrían hecho esperar y hoy Vedder estaría hospitalizado. Pero el rasgueo de la guitarra desató los besos (de las parejas que andaban), los abrazos entre amigos (incluso del mismo sexo y ahí no puedo especular más) y las lagrimas en otros (entre los que me encuentro) no se podía sino terminar llorando al escuchar la última estrofa de ese tema, reconozco que lloré y se me fue la vida y volví a nacer mientras mis pulmones sangraban y se quedaban sin aire al gritar con lo que me queda de alma esa canción junto a Eddie. No sé cómo poder seguir explicando la sensación…
A la segunda mitad del show, los Ramones hicieron su aparición y “I Believe in miracles” sonó (no pensé que fuera a sonar) y la reacción fue tibia, algo raro que los “fans” no se la supieran; “Go” otra catarsis generalizada y la masa que no paraba de saltar. Los minutos pasaban y la gente no lo notaba y el fin estaba cerca, sonó “Alive” y los pocos que quedaban en pie, terminaron de caer. El segundo encore fue el final y las 2 horas de show se acercaban a su fin y “Baba O’Riley” de los Who, provocó otro “incomodo silencio” entra la masa que demostraba su ignorancia y vino mi momento de ego: la parte del coro cuando Eddie deja que cante el público, fui el único dentro de mi parámetro claro está, que cantó “don’t cry, its only…teenage wasteland!” y me sentí único y grandioso porque los infelices que estaban a mi lado me miraron con cara de “y éste pobre gueón se la sabe?” y me aplaudieron y me envidiaron…jajaja.. pobres diablos…
Por alguna razón las luces del estadio se encendieron durante el inicio de éste tema y Peral Jam dio las gracias correspondientes y cerraron con la, a éstas alturas mítica, (no sé aún las razones) “Yellow ledbetter” y se acabó y la masa quedó chata y no sabían si pedir más, quedar conformes o irse felices.
Peral Jam ofreció un show sólido con un solo Pero: sonaron despacio, muy despacio a mi parecer y hubo bastantes condoros de audio en varios temas, pero después de 15 años de espera, a alguien le importa?. Como dice Bonvallet: ¡¡¡da lo mismo!!!
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