martes, noviembre 15, 2005

TRANS SANTIAGO

Si bien es cierto ha pasado un buen tiempo desde la inauguración del “nuevo sistema de transporte público” que le iba a cambiar la cara al alicaído transporte urbano de la capital, no es hasta ahora que tengo la necesidad y claridad de poder referirme al tema; ya que haber dado una opinión apresurada sería haberle dado la razón a la masa amorfa que critica por deporte en éste país.
Ahora bien, durante el primer día de “servicio” quedó claro que nadie sabía nada, los medios festinaron el hecho de que hubiera caos en las calles, gente desinformada y criticas por todos lados; por otra parte las micros amarillas, que durante tanto fueron vilipendiadas por los usuarios, ése día se convirtieron en héroes por se las “únicas” fieles a su recorrido y un largo étc. Pero es justamente aquí donde comienza el análisis a la confusa mente del chileno medio que usa a las micros como medio de transporte: primera incongruencia, el transporte público pertenece a privados, quienes a través de los años se han atrincherado en un mercado monopolizado por unos pocos entregando un servicio derechamente malo, pero por ser EL único medio de trasporte nadie podía reclamar. La masa se queja que el gobierno no se preocupa del “pueblo”, pues bien; realiza junto a privados una inversión para mejorarles el sistema de transportes a esos shilenos sacrificados que andan durante 4 horas diarias viajan en micro desde su casa al trabajo y los rotos se quejan de puro mal agradecidos que son. Por qué mejor no exigen de vuelta las micros de colores de los ‘80’s mejor y esperan abril para repletar los consultorios con sus crías hirviendo en fiebre a causa del smog?
Durante años “el usuario” se quejó de que el trato era malo por parte de chóferes, que contaminaban mucho, que andaban sucias y que no respetaban las leyes del tránsito, muchas veces la frase “no anda acarreando animales” se escuchó por diferentes buses que andaban a gran velocidad por las calles, mientras los “peatones” criticaban la furia con que conducían los “chóferes”, cuántas veces no fuimos testigos de atropellos protagonizados por micros, donde niños y mayores morían a causa de la irresponsabilidad de los conductores, la masa clamaba más fiscalización y poner fin a tanta desgracia, exigían como peatones que se respetara el límite de velocidad (60kmh) pero, como usuario clamaban ir lo más rápido posible para llegar a tiempo y sin embargo al escribir esto se me viene a la mente la frase de ése sticker que acompañaba al “sin aceite no”, que era “si salió atrasado no es culpa del chofer”, que era zafado de responsabilidad en caso de demoras en el viaje, pero qué pasa si yo salgo puntual y por culpa de la micro me atraso? A quien culpo? Mi única alternativa era golpear el piso de la micro.
El doble estándar del shileno se deja ver en lo siguiente:
Como peatón: -pide que se respete la velocidad permitida.
-que las micros consideren las leyes de transito.
- que paren en los paraderos establecidos.
-que el servicio sea amable.
Como usuario: -que vaya lo más rápido posible sin importar la velocidad.
-que me pare donde yo la hago parar, ya sea para subir o bajar.
-que no le pare a nadie para así demorar menos el viaje.
- Los operadores saludan y los usuarios no saben qué decir. (huasos).

Lo que queda claro después de un mes de funcionamiento es que, el mayor impedimento para que el sistema funcione correctamente es la ignorancia del usuario, el no saber leer, lo de acomodar las leyes a su pinta sin respetar a nadie. Defiendo el sistema nuevo porque creo en que se puede viajar mejor y para eso no solo se deben tener buenos buses, sino también gente que quiera conservarlos.
Por los visto, salvo la primera semana de ajuste del sistema, hasta ahora no se ha presentado ninguna denuncia por mal servicio o desajustes en los recorridos y la masa ignorante se ha tenido que comer sus palabras de criticar por criticar ya que con hechos se comprobó que el servicio funciona y que era necesario el año de marcha blanca, que tanto reclamaba Mauricio Israel al no entender el por qué de tal medidas, ya que para él, era solo “mostrar los buses nuevos durante un año”, pero lo que el “rabino” no entiende porque es limitado de neuronas es que, la masa ignorante por su calidad de huasa, hay que enseñarle con manzanas y peras cómo funciona el sistema, y se vaya acostumbrando porque si se hubiera cambiado drásticamente de un día para otro sin marcha blanca ni nada, la cagada hasta hoy estaría, pero a una mente limitada no se le puede pedir más.
Solo cabe esperar a que la masa ignorante se informe antes de reclamar, (cosa difícil), que vea las noticias, que lea (por último pidan a alguien que les lea), que pregunte para no hacer el ridículo.
Ahora debería escribir la frase de remate, pero el tema me da rabia y no es divertido.

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