viernes, noviembre 18, 2005

FUERA DE LUGAR

Soy un desadaptado, no soy quinceañero, pero soy un desadaptado; no pertenesco a ningún lado, no tengo referentes comunes, nunca encontré un par. Hasta hace un par de años eso me preocupaba, pero dejó de molestarme cuando me di cuenta que el mundo está mejor con solo uno de mi tipo (menos mal); a mi edad ya no me molesta el no haber encajado en la “sociedad” como se entiende y vivo tranquilo, pero con pena. Si me siento marginado? De repente, por ejemplo el otro día fui al Mall, una experiencia por todos lados traumática, pero era una urgencia y tuve que ir y para peor, no andaba en mi mejor día (entiéndase por andar con una carga de demonios interiores martillando el cerebro y fantasmas en la espalda que no dejan caminar) y cuando caminaba por los brillantes pasillos del centro comercial me di cuenta que ése es el peor lugar donde a uno lo puede pillar la depresión, melancolía, pena, o como quieran llamarle; es terrible sentirse dejado a un lado, ver como todo el mundo anda feliz caminado y, lo más importarte, comprando. Más allá del resentimiento social por no tener plata para comprar, lo más terrible es sentirse mal por los sentimientos que uno tiene en ése momento y en ése lugar; no pude sino odiarme por tratar de andar donde anda la gente linda y feliz. El ataque de ansiedad es gigantesco, sinceramente me ahogo en ese gran mar de precios, tiendas, ropa y gente y niños que pululan de un lado a otro buscando el articulo que les dará la felicidad terrenal y que de un tiempo a ésta parte parece ser la que en realidad importa. Al diablo los sentimientos y emociones!! Si no tienes plata, no eres lindo, no tienes una buena ropa, una piel clara olvídate de andar tranquilo por esos lugares. Las autoridades arman escándalo por un programa de radio que por broma llama a pitiarse un flayte, pero nadie repara en la mayor discriminación que existe: la de fantasía en reemplazo de la realidad.
En mi interior pensaba “¿estoy donde debo estar?, ¿es a éstas personas a las que envidio?, ¿a éste tipo de vida no pude entrar por opción? Cuánto me estoy perdiendo por estar afuera?, ¿vale la pena estar donde estoy?, ¿estoy siguiendo un sueño imposible?, ¿tan mal estoy? Y la musiquita ambiente no me dejaba encontrar las respuestas; creo que por necesidad estaba ahí (un par de zapatos, que perfectamente podía comprar en otro lado, pero que aún no encuentro el par adecuado para mi tan especial gusto y agrado) y pese a mentalizarme en que no estaba ahí por gusto, que no lo estaba pasando bien, a la larga usaría un lugar que no me pertenece y corresponde para darme un gusto, pero ¿de verdad me estaba dando yo el gusto o el sistema se estaba dando el gusto conmigo? De verdad no quiero saberlo, temo que la respuesta precisamente sea la segunda.
Y pese a todo mi esfuerzo mental…….no encontré zapatos.

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