viernes, diciembre 23, 2005

...LA VERSION DE TESTIGOS..

Hace una semana fui testigo de un hecho mundano y rutinario, pero que después de 2 días, me percaté fue mayor de lo que yo había visto. Supongo que se dieron cuenta que hace uso días en plena Alameda le pegaron a un joven punk y lo dejaron grave internado en la Posta central; bueno…el viernes en la noche, tipo 11 y cuarto estaba yo esperando micro en Alameda con Maturana y en la esquina habían 5 jóvenes punks, entre ellos 3 mujeres, de pronto llamó mi atención el hecho de que se empezaron a escuchar insultos (qué raro) de grueso calibre; desvío mi vista y veo a un tipo calvo vestido con pantalones militares y un polerón negro increpando a las chicas; la gente que estaba en el entorno solo atinó a moverse un poco más lejos de ése lugar y mirar sin mayor preocupación, rogando para que la micro pasara los más pronto posible para poder arrancar de ahí. Mientras el joven seguía con los insultos en contra de una de las chicas en especial, garabatos iban y venían, pero me quedó claro que el tipo estaba picado con una de las chicas porque, al parecer le habían calentado la sopa y no se la sirvieron, a lo cual para no mostrarse embaucado, empezó a gritar un sin fin de idioteces dignas de una pela de quinto básico. Gritos como “cochina”, “enfermedad venérea con patas” eran los más suaves epítetos que salían de la boquita del joven. Al rato aparecieron 2 “lolos” punks que fueron a conversar con el pelao y pasaron junto a mi y se pusieron a discutir en plena Alameda; fue ahí donde se produjo un momento de tensión, ya que los tipos de “inseguridad ciudadana” llamaron a los pacos, quienes a los 5 minutos pasaron en su carro policial en competo silencio y con luces apagadas y cuando estaban a escasos 2 metros del barullo hicieron sonar su sirena, los tipos subieron a la vereda e hicieron como que no pasaba nada y los pacos pasaron lento frente a ellos y nada más; la discusión siguió, legaron 2 tipos más, se acercó una de las chicas, otra llamó por teléfono a alguien, a quien increpó para que se apurara. El pelao seguía discutiendo con los otros tipos, quien en primera instancia lo saludaron como un igual, siendo que se veían más “amigos” de las chicas de que de él, pero el pelao seguramente sabía con quien estaba hablando. Luego, pasados 15 minutos llegó otro tipo, quien no tenía mucha cara de amigo, pero su actitud distaba de querer un conato con el pelao y la discusión bajó de nivel y el pelao alegaba que la mina lo había cagao porque se metió “con el loco”…¿cuál loco? No lo tengo claro, pero los otros tipos le encontraban la razón; puedo decir que a esa hora ninguno estaba en estado de ebriedad, cosa rara porque se sabe que los “jóvenes” punks se curan al destapar la primera botella, pero por ahora, éste no era el caso.
Al cabo de 10 minutos más tarde, los tipos “suavizaron” al pelao y le dijeron que “todo era un mal entendido” y lo invitaron a algún lugar; en ese momento comenzaron a caminar hacia la esquina donde ese encontraban las chicas con otros tipos, a los que se había sumado más personas que fueron llegando a medida que la discusión se desarrollaba. Al llegar al grupo, uno de los tipos le ofreció una botella plástica de “agua mineral” que contenía algún trago al pelao, quien la tomó y se la empinó sin recelo, saludó a unos cuantos tipos y echaron la talla mientras emprendían el camino en dirección al oriente por la vereda norte de la Alameda. Ahí los perdí de vista y me quedé con las ganas de ver una riña callejera en plena Alameda.

El domingo me entero que a un joven punk lo golpearon en la cabeza y está internado en la posta, y me preguntó si era al pelao a quien le habían sacado la cesta y el motivo de la agresión dado por la prensa distaba mucho de lo que yo había visto, pero eso lo confirmaría el día lunes cuando en las noticias mostraron al primer detenido vinculado a la agresión del joven punk; ahí pude unir las piezas: el motivo fue sentimental, estaba claro y no era por los “cabezas rapadas” por motivos sociales; segundo, el agredido no era quien yo pensaba sino que era el agresor (el pelao) y al verlo cabeza agacha solo confirmé mi teoría: seguramente la discusión siguió, obviamente trataron de calmar los ánimos, en horas posteriores llegó el agredido y entre tanto copete, al pelao le dio la gueá y simplemente le pegó por ser parte del triangulo amoroso y el pobre cabro de 17 años pago el pato. Todo tenía sentido para mi, que sin querer me convertí en testigo de un hecho casi rutinario los fines de semana en las calles de Santiago, pero que ésta vez llegó más allá.

El martes siguiente, jóvenes punks fueron a la posta a ver el estado de la victima de la agresión y al ver a la prensa que se encontraba ahí por otro motivo(la muerte de una niña de 7 años que fue lanzada desde un séptimo pis por su padre), se enfrentaron a ellos para quitarles las cámaras y no “dejar en paz” a su minoría.
Solo me cabe una reflexión: si estos locos fueran tan anarkos como dicen ser y se sienten tan orgullosos de ser lo que son, por qué tapan sus rostros? Por qué no dan argumentos sólidos a la hora de los enfrentamientos? ¿si son tan marginales por qué creen que todo el mundo anda tan preocupado de ellos? Tan necesitados de atención andan que “todo” tiene que ver con ellos? Por favor…give me a break!!!

No hay comentarios.: