jueves, febrero 16, 2006

MUNDOS

Solo hay un mundo para que todos vivamos en él, pero pese a que estamos todos en él, no todos vivimos con el resto, hay quienes preferimos tener nuestro propio mundo para, de vez en cuando, alejarnos del bullicio y dedicar espacio y tiempo para nosotros mismos de manera íntima.
Si bien en el diario vivir convivimos e interactuamos con el resto, a la vez vamos creando un mundo paralelo donde creamos nuestras reglas y manejamos su evolución a nuestra voluntad, eso para , de alguna manera, crear un ambiente en que nos sintamos seguros y tener algo de control sobre el ambiente que nos rodea.
Es así como creamos nuestro espacio donde nos desenvolvemos con nuestros amigos, creamos el ambiente que más nos parece cómodo y dentro de él somos los dueños y hacemos y deshacemos, pero hay un pequeño detalle que hace que no todo sea armonioso: la aceptación de los mundos.
Uno puede hacer amigos o conocidos y por medio del grado de acercamiento con la gente puede que los invitemos a ser parte de “nuestro mundo” y así hacer más grata nuestra vida, pero en casos muy minoritarios, esos mundos no calzan. Me pasó a mi y eso es un hecho.
La situación del mundo y de las relaciones interpersonales es compleja; por ejemplo cuando alguien siente un interés por algo, va y busca a alguien con el mismo interés y crean una comunidad y de ésa forma el círculo se va agrandando con más gente que tiene el mismo interés, pero dentro de ésa misma gente, que puede tener el mismo interés, cabe la posibilidad que el “ambiente” en que se desarrolla el interés por el objetivo en común, no le atraiga o le parezca incómodo. Entonces ¿qué hacer? Sacrificar un poco en beneficio del objetivo principal que es la aceptación del resto que tiene el mismo interés? O formar otra comunidad donde la armonización de los entes formadores sea de nuestro agrado?
La verdad no sé; obvio que hay más alternativas, pero éstas 2, son las más recurrente, pasa por ejemplo en los Fan Clubs de cualquier cosa, ya sea de música o cine. Ejemplo. En el principio de los tiempos, Peral Jam tenía 1 solo club de gente seguidora, pasó el tiempo y comenzaron a haber desavenencias entre algunos miembros y se formó otro club; entones ya hay 2 clubes de la misma banda; luego hubo otra disputa y se formó otro club; llegaron a haber 4 clubes sobre Pearl Jam y lo más divertido, todos atribuyéndose la categoría de “primeros en formación” siendo que obviamente no era así. Esto pasa en todos lados, pasa en política, deportes, etc.
Pero cuando uno crea algo, por el motivo que sea, siempre querrá tener a ciertas personas en él, y viceversa, pero cabe la posibilidad de que esos ambientes no sean de agrado del “invitado”, pero donde quedan entonces el sentido de unión de esas partes que tuvieron en primera instancia que los hizo unirse? Entran indiscutiblemente en conflicto. Es ahí donde entra la capacidad de “negociación” de las partes y ya sea, por cualquier razón se puede llegar a un entendimiento.
Es la lógica de las relaciones interpersonales, la capacidad de aceptación y entendimiento entre la gente, pero a la vez los hechos que me han tocado vivir demuestran que no todo es así y que no funcionan de la manera que debieran y que, esas maneras no son tomadas en cuenta por razones simplemente egoístas de parte de los intensados; el problema se acrecienta cuando no hay un reconocimiento explícito de las partes para dejar ver la equivocación en la que están porque el orgullo hace su parición y los conflictos de interés diluyen y hacen que las relaciones muten y mueran y eso es triste, pero el tipo de sociedad que la gente está creando, es de la manera equivocada y no lo quieren ver; se está creando un tipo de relaciones interpersonales superficiales que no todos quieren ver ni asumir, pero quienes podemos ver desde arriba y darnos cuenta de que esto está mal somos dejados afuera por una negación del ser inconciente que prima en las mentes del esto.

Crear un mundo, es crear un templo de respeto por sí mismo, es crear un refugio donde el resto no puede dañarte y donde solo hay cabida para quienes tu quieras que entren y te hayan aceptado; mientras menos personas en él, mejor. No hay nada como el espacio y las reglas creadas por uno en un lugar donde todo funciona y no depende de otros. El mundo personal es el refugio, ya lo dije, pero es probablemente el mejor lugar para estar. Es el lugar secreto que de chicos usamos para llorar o pensar cuando dejamos de jugar con nuestros amiguitos y queremos estar solos; ése lugar de nuestra infancia que es tácito, que podemos tocar, pasa a desaparecer físicamente para convertirse en un lugar que está en nuestra mente y al que podemos recurrir sin necesidad de correr entre los árboles ya que al cerrar nuestros ojos estamos ahí enfrentados a nuestros miedos, nuestras esperanzas y anhelos y donde finalmente, todo está bien.

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