viernes, agosto 12, 2005

FELIZ, FELIZ, ALEGRE, ALEGRE

Estamos a poco mas de un mes para que comience “oficialmente” la primavera, estación del año caracterizada por el renacer de las hojas en los árboles, los brotes en de colores en flores de todo tipo, las insoportables parejas caminado por cuanto parque exista, días con mejor iluminación natural y toda esa porquería y lo más importante: la época con mayor tasa de suicidios.
Causas para suicidarse hay tantas como suicidas en el mundo, pero el detonante de mayor efectividad acá es el cambio de estación; pasamos del frío, las nubes, lo mínimo en todo sentido a un golpe de luz, color, calor, el que se nos había olvidado durante 5 meses (incluyendo el otoño). Debido a esto las personas con tendencias depresivas se ven tan sobrepasadas por el ambiente que no hayan mejor época de terminar con todo que el inicio de la primavera y así lo indican las cifras: durante los primeros 15 días de la primavera es la etapa donde mas suicidios se cometen que en todo un año normal a la fecha. Triste, pero cierto.
Socialmente el suicidio es visto como un acto de cobardía; siempre he escuchado desde chico que “solo los cobardes optan por la vía fácil” de escapar a los problemas y cosas por el estilo, pero no creo eso porque para apretar el gatillo, asomarse a un balcón y dar el salto, tumbar la silla o saltar a los rieles del metro hay que tener agallas. No es fácil ni cobarde como quieren hacernos creen que el suicidio es; todos en algún momento de nuestras vidas, sobre todo en la juventud hemos pasado por alguna etapa que nos hace querer desaparecer del mapa y mandar todo al diablo y que se joda el mundo y su gente y terminar con esto que se llama vida porque simplemente no vale la pena seguir; y si bien hemos estado con las pastillas en la mano, al borde del andén, no todos hemos terminado dentro de una caja de madera al día siguiente porque simplemente algo nos hace clic! y vemos una salida al problema o simplemente nos acobardamos y nos autoapiadamos y nos damos “otra” oportunidad para ver si las cosas mejoran o por lo menos no la pasaremos tan mal; algo que se puede atribuir a nuestra naturaleza de martirizarnos y el gusto por sufrir. Claro que están los decididos a llegar al final, quienes de alguna manera se convierten en nuestros héroes ya que por lo menos llegaron al final y se mantuvieron firmes en su decisión; lo que a su vez nos hace quedar entre los “felices” con la vida que jamás pensarían en el suicidio ya que “la vida es muy linda para terminar deprimido por tonteras” o “solo Dios sabe hasta cuando nos tiene aquí” y por el otro lado tenemos a los “rebeldes” con la vida, quienes no estaban conformes con ella y como tenían control de sus vidas, por decisión propia pueden decir “hasta aquí no más llego y chao”, lo cual es impresionante desde el punto de vista de la independencia, ya que como la mayoría de la gente le teme a un ser superior, estos derechamente mandan a freír monos a todos y fuck it!! Entonces los reales cobardes no son los que se suicidan, sino que nosotros, que estamos considerados cobardes por los “felices” por la sola idea de pensar en el suicidio y por los “rebeldes” ya que no fuimos consecuentes al no terminar lo que no habíamos propuesto.
Entonces si en la vida nos damos cuenta que fallamos en todo lo que nos proponemos y vemos que el plomo de una bala es la salida y no la tomamos, nos damos cuenta que el suicidio es otra cosa en la que fallamos y nos sentimos peor, pero si la bala se atasca, probemos la cuerda en el cuello, si se corta, ahí está el horno de la cocina, se acabó el gas?, no importa el metro funciona hasta las 10 de la noche, no tenis plata pa’l boleto; pasarelas sobre avenidas hay en todos lados. No se den por vencidos si no, la frustración se vuelve más grande y no hay sicólogos capaces de entender lo que uno pasa, puede que ayuden a salir del momento para convertirse en cobarde, pero la frustración queda dentro y crece y crece hasta que en el momento en que no debe aflorar sale y si las cosas se han vuelto mejores no queremos terminarlas, pero como no pasó cuando era necesario, aparece en el momento más inoportuno y nos frustramos por un lado y nos hacemos consecuentes por otro, pero nunca quedamos contentos con lo que tenemos. Y así no hacemos amigo de las terapias, las pastillas para dormir, para despertar y todo lo que una terapia puede hacer para no “caer” en la depresión…y qué tiene estar deprimido?? Si no toda la gente quiere ser feliz porque sí; la vida es una opción más dentro de todas las que se tienen mientras se vive y sinceramente la vida no es gran cosa. Total me siento orgulloso de ser cobarde…

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