martes, agosto 09, 2005

UNA COLUMNA ACERCA DE "NADA"

Sí, me quedó algo dando vueltas de la columna anterior: las series gringas. Hay tantas, tan diversas, para todos los gustos, están las más populares, las peores y las mejores y si nos referimos a “LA” serie gringa, esa es “Seinfeld”. Protagonizada por el comediante Jerry Seinfeld, la serie es considerada tanto por la critica “especializada“ como por el público norteamericano como “la mejor serie de todos los tiempos” dejando atrás a “I love Lucy” (una de las primeras series en la televisión gringa en la época del blanco y negro) y a la tediosa “Friends” (que si bien es la más popular, no deja de ser cursi). Sienfeld sin duda se lleva el premio a la mejor porque simplemente lo es, lo dicen sus 180 capítulos en 9 temporadas, en que nos muestran lo desgraciado que pueden llegar a ser 4 amigos que viven en Nueva York y que usan a la gente de la manera que mejor les convenga para poder seguir adelante con lo que sea que se les venga a la cabeza, desde terminar con sus novias por ser demasiados “buenas” o porque les ganan al ajedrez hasta regalar sillas de rueda usadas.
Pero lo de Seinfeld va más allá de la típica sitcom gringa, era casi un estilo de vida, una religión, cada capítulo era (es) un dogma, un sagrado mandamiento que debe ser seguido al pie de la letra y en base a ello, los creadores al comenzar a idear la segunda temporada se plantean la necesidad de imponer 2 reglas sagradas que nunca fueron violadas durante lo que duró el show: nada de enseñanzas ni abrazos. Y no los hubo, jamás hubo una enseñanza ni un final que hiciera sentir bien al televidente, cada capítulo terminaba con lo peor que les podía pasar a cada personaje, las consecuencias de actos que rozaban la ilegalidad y a un paso de reñirse con la moral y las buenas costumbres y eso es precisamente lo que hace que Seinfeld sea única; no ha habido en la historia gringa una serie que sea así, que tenga un grupo de amigos desadaptados cuya única meta es el logro personal sin importar lo que le pase al resto; ósea el egoísmo en su estado más puro. La célebre frase “es un show acerca de nada” es un juego creado precisamente porque no tenía moralejas, enseñanzas ni destinos muy claros para sus protagonistas, simplemente era la vida ordinaria de gente común que en sus días normales no hace nada en el sentido literal de la palabra, y seamos claros: hay días en que realmente nada nos pasa y es así y claro, exagerado para generar risas, Jerry Seinfeld y su amigo Larry David dieron vida a guiones que si bien rayan en la locura, lo inverosímil, lo ilógico, logran recrear de una manera lo peor de nosotros mismos: el egoísmo y la manera en que nos desenvolvemos dentro de una sociedad llena de personajes a los cuales les encontramos algún detalle que hagan que no sean de nuestro agrado y nos compliquen la existencia. Seamos claros, todos somos egoístas, pero es socialmente reprobable aceptarlo y mayor aún demostrarlo, pero eso no significa que en el fondo dejemos de serlo, lo somos; yo mismo me siento orgulloso de ser egoísta y de demostrarlo, en parte tiene la culpa la serie, pero no es el punto. Acá podemos ver desfilar un sin fin de personajes bizarros, que siendo exageraciones no impide que uno relacione con alguien que en la vida real conoce o se parezca y vaya que hay gente rara dando vueltas por las calles de Santiago con las que uno podría hacer similitudes con los que desfilaron por la serie; desde un excéntrico vendedor de sopas apodado el nazi de la sopa, hasta una mujer que habla despacio y otra con manos de hombres (manotas).
Seinfeld nace de la cabeza de Larry y Jerry donde básicamente recrean la vida de un comediante de que vive en Nueva York y que es constantemente visitado por su mejor amigo, su impertinente vecino y su ex novia; la NBC les encarga un piloto y antes de cerrar la parrilla programática del año 91 les piden 4 capítulos que serían en definitiva la primera temporada de la serie (en la historia gringa no se había visto que una primera temporada de una serie fuera de 4 capítulos, lo regula son entre 10 y 13); la noche de su debut televisivo, EE.UU. lanza su ataque a Irak en el Golfo y el programa se ve postergado, 2 semanas después es finalmente puesto al aire y solo a mitad de año se les pide una segunda temporada de 12 episodios, lo cual lleva a Larry David a un ataque de pánico por no saber cómo escribir 12 historias; luego de eso y de que el rating no era muy favorable (en promedio 17 puntos) por cosas del destino se les pide una tercera temporada, la cual significaría 24 episodios más y una creciente curiosidad por parte de muchos televidentes que veían sorprendidos un programa de poca monta los miércoles a las 9 y media de la noche. Finalmente la cuarta temporada fue la que dio el golpe e hizo la serie merecedora de varios premios, entre ellos el EMMY por el capitulo “la competencia”; de ahí en adelante cambiaron de horario y reemplazaron a Cheers y se consolidaron durante 5 temporadas más con promedio de 24 episodios donde pasó de todo, se rieron de todo y de todos haciendo cosas que en ese tiempo nadie se atrevía a hacer en televisión y menos en una serie de 22 minutos. Jerry Seinfeld rechazó el millonario contrato para la décima temporada aludiendo que no quería que el programa cayera en decadencia haciendo capítulos fomes y prefería que acabara en el pick sin dejar a nadie decepcionado de un final amargo. El final de la serie fue el más visto de ese año, y la expectación acerca del final de los 4 amigos de Nueva York tenía pendiente a casi todo un país.
Que la serie hay terminado no significó que los fans desaparecerían y cada cierto tiempo se le consultaba a Jerry si habría algún especial de la serie donde hubiera una especie de “reunión” de los personajes, lo que finalmente se pudo ver en el lanzamiento del DVD de las 3 primeras temporadas el año pasado, con especial televisivo de una hora el día de acción de acción de gracias; gracias a aquello la filosofía Seinfeliana volvió a hacerse presente en un mundo donde las observaciones idiotas cada vez se hacen más presente y nadie parece estar dispuesto a contestarlas.
Para fin de año se espera el lanzamiento de la quinta temporada; el material contenido en los DVD’s ya lanzados es de regocijo para los incondicionales y de una idiotez para los que odiaron la serie; cada dato inútil está contenido ahí, todo lo que siempre quisiste saber y nunca te atreviste a peguntar acerca de la serie te la cuentan ellos en cada segmento del material extra, un lujo. Dato aparte merece que el Canal Sony el año pasado en septiembre les dedicó el mes entero a pasar durante todos los fines de semana de ese mes los 180 capítulos en sesiones maratónicas desde las 2 de la tarde hasta las 10 de la noche; y hoy, durante agosto empezaron con los maratones “temáticos” de la serie, ya pasó “el mundo laboral”, pero quedan “relaciones”, “personajes bizarros” y los “top ten” de la serie; y sin duda que la serie se la merece y aparte que cualquier excusa sirve para ver y revivir memorables episodios e inolvidables diálogos que llenaron nuestras cabezas desde hace tanto tiempo y que vuelven para ver que no estamos tan lejos de la idiotez mundana que nos rodea y que con un humor bastante especial nos ayuda a recordar hechos reales que son tanto o más ridículos que los de la serie.
Desde que terminó la serie allá en 1998 las repeticiones son diarias (lunes a viernes ) y jamás el canal Sony le ha dedicado tanto espacio a repetir una y otra vez las andanzas de Jerry Seinfeld, su amigo George Costanza, su vecino Cosmo Kramer y su ex novia Eleine Bennes.
En cualquier caso y recordando lo del articulo anterior (ver “chiste gringo”) mis plegarias están para que NUNCA la adapten al formato chileno, ojalá Dios nos escuche y el diablo se haga el sordo.

No hay comentarios.: