jueves, noviembre 10, 2005

WAR FOR TERRITORY

Desde tiempos inmemoriales que se conoce el chiste del “había una vez un argentino, un peruano y un chileno…” por alguna razón hemos sentido la necesidad de reírnos a costa de nuestros vecinos a nivel internacional, lo que no es malo, pero cuando las cosas se ponen serias, salen los mejores chistes sobre nuestros “países hermanos” como tanto les gusta llamarlos a las autoridades de éste país. Cuál es la motivación o el trasfondo para sacar a relucir la palabra “países hermanos” siempre que hay problemas? Es acaso la frase aspirina para los conflictos? Cree alguien que a éstas alturas del partido alguien cree en esa frase? Están tratando de echarnos a nosotros la culpa de los conflictos político-militares que de vez en cuanto enfrentamos? Por qué hacernos sentir mal con nuestros vecinos de continente y tenemos que agachar la cabeza en símbolo de perdón? Todos sabemos que la culpa de cualquier conflicto no es porque el vendedor de tomates de una feria le vendió tomates podridos a alguien de Perú o Argentina, pero a las autoridades les encanta echarnos la culpa y nos hablan a través de los medios para que “bajemos el tono de nuestras opiniones acerca de nuestros “hermanos”. ¡Bulshit! Eso solamente nos acentúa nuestra cultura egoísta, racista e hipócrita que hace tan particulares a los chilenos alrededor del mundo, eso aparte de ser conocidos como “lanzas profesionales”.

Creo que a la mayoría de éste país le gusta vivir en paz, no tiene mayor amor por la patria salvo cuando llega septiembre para emborracharse y cuando juega la selección de fútbol, pero el resto del año con suerte nos acordamos que vivimos en Chile; pero no olvidemos las rencillas artificiales con Argentina y Perú donde sale a relucir toda la pachorra y orgullo maricón que oculta una cierta parte de los chilenos, el chileno medio que le llaman y que en realidad somos todos y nadie a la vez; ese chileno medio sin cara, pero con un perfil tan conocido como el de Frei.
Debido a la “quitada de mar” por parte de Perú hemos visto y escuchado cada declaración que llega a dar vergüenza ser chileno, “hay que ir a la guerra¡” dicen algunos políticos con las venas inflamadas de pasión por Chile; otros claman a las fuerzas armadas a defender al país, pero perdón ¿defender de qué o quien? Si yo llamo a la guerra estoy implicando que yo también voy, pero ese no es el caso de los señores políticos y autoridades varias que pululan en éste pedazo de tierra mal trecha, ya que como es el común de los casos, los primeros en la línea son los “pelaos” de los regimientos, mientras desde la comodidad de sus sillones de cuero, los políticos disfrutan de un buen trago viendo por televisión los enfrentamientos “cuerpo a cuerpo” que dejaría como consecuencia la guerra. Ni siquiera pensar en que sus propios retoños que estuvieran haciendo el servicio se prestarían para un alistamiento, eso fuera de discusión, que se mueran los otros, no los míos.. Me parece que ésta imagen ya se había visto un par de veces en la historia de la humanidad.

Seguramente éste “impass”, (palabra tan suitica que les gusta utilizar a los medios) no pasará más allá del típico empujón con el hombro o del dedo con saliva en la oreja del otro y seguiremos conviviendo con nuestros “hermanos” hasta que alguien con cojones de verdad quiera cortar de un golpe el hueveo y la cosa vaya en serio o, en el peor de los casos, entre los 16 millones de chilenos, agarremos éste país y nos cambiemos de vecindario para dejar más en claro que somos intolerantes como nadie, pero más maricones que todos.

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