viernes, mayo 05, 2006

LA NUBE NEGRA

Hay días en que todo sale mal, y no es a poca gente a la que le sucede; supongo que a todos, pero yo hace rato que no tenía una nube negra con la consecuente lluvia sobre mi cabeza y, ése día fue el miércoles.
Partiendo temprano en la mañana cuando me estaba bañando, de pronto el agua se comienza a enfriar de manera drástica y pum! Se acabó el gas en medio del refriegue del pelo con el shampoo; goteando tuve que salir del baño a cambiar el cilindro de gas licuado para proseguir la limpieza matinal; ése era el primer indicio de que el día no vendría fácil, pero yo lo tomé como un menester doméstico sin mayor importancia.
Luego, salí temprano desde mi casa para tomar el bus que me llevaría al lugar donde tenía que estar al mediodía, con mis cálculos anteriores si tomaba el bus a las 10:40 estaría a tiempo, pues bien, tomé el bus a las 11:30. en 30 minutos ni cagando llegaba a Providencia con Carlos Antúnez a las 12, desde el fondo de Maipú.
A mi destino llegué a las 13:15. podía algo seguir saliendo mal?
En mi actual destino, debían haberme entregado un cheque al medio día, pero dije “si ya llegué tarde, el trámite será rápido”, pero no; ahí estaban varias personas con cara de “estamos desde las 12 y no pasa nada”, entonces solo cabía esperar.
Faltando 8 minutos para las 14 horas recibí el documento financiero; rápidamente llegué al banco que, por suerte, estaba en la esquina y alcancé a entrar, pero ahí mi sorpresa ya no fue tan grande al ver la gigantesca fila que me precedía antes de llegar a una caja. A las 14:55 hice abandono del banco.
A ésas alturas ya estaba consciente de que no era un buen día, incluso mientras hacía la cola, pensé en irme a mi casa y dejar todo para mañana, porque evidentemente el día no era bueno. Pero pensé “he llegado hasta aquí, me la aguanto, total shit happens”
Tomé el metro hasta el centro de Santiago sin problemas (menos mal) y entro a la disquería del “pelao Corral”; ahí compré un disco y pagué con 20 lucas, era una transacción tan rutinaria que no me percaté que me dieron menos vuelto; salgo del local y al llegar a la esquina de Moneda con Ahumada, caché que me faltan 5 lucas, me devolví y le expliqué la situación al dependiente y comenzó un largo tira y afloja por ambas partes porque, por un lado el tipo estaba seguro que le había pagado con 15 lucas y yo, seguro que le había pagado con 20; luego de unos 7 minutos se suplicas, me pasó las 5 lucas y me dijo “por ésta vez te voy a creer”; cómo que por ésta vez?, acaso cree que soy un tipo que entra a las tiendas pagando con billetes de 10 para cagar a alguien con 5 lucas todo el tiempo? Jamás he cagado a alguien de manera deliberada y menos en una disquería, al contrario, en las disquerías a uno lo pulpean con los precios, pero ésa es otra historia. Aparte que no es la primera vez que compró ahí y no será la última, entonces es como medio idiota pensar que voy a cagar a alguien por 5 lucas y más encima seguir apareciéndome luego del ilícito.
Superado ése impass, fui a comprar dólares; maldito gobierno y sus anuncios, hicieron que la divisa subiera de valor, lo que hizo que gastara más, en realidad fueron unos pocos pesos, pero como dice el dicho, “pesito a pesito se van juntando”; ya filo, era un detalle menor, igual estaba contemplado el gasto original de esos dólares en un precio más alto, pero igual lata.
Después llamó a un amigo para ir a su casa, le preguntó si va a estar en la tarde y me dice que sí; ya, “en una hora más estoy allá” le digo, esperando la micro que me sirva, olvido los números de los recorridos que me sirven, increíble!!!! Obligado a tomar una que me deja a 10 cuadras de su casa; el resto a pata.
Llego a la casa de mi amigo y éste me dice que va saliendo ni 20 minutos estuve ahí; le digo que me deje en las Rejas con Alameda para irme finalmente a mi casa.
Son las 17:40 cundo llego al paradero de los buses en Las Rejas; 3 horas después pude tomar un bus de manera decente. A las 20:40 tomé el bus e irme de pie todo el trayecto.
Finalmente en casa, conciente de mi mal día (en realidad me había dado cuenta de eso al salir del banco) opto por ir a dormir para dejar atrás uno de mis peores días en la calle.
Pero como dice Scarlett O’hara “mañana será otro día”.

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