Es raro ver a Sir Ian Mckellen tan seguido haciendo personajes tan diferentes; de ser Gandalf en El señor de los anillos, fue Magneto en X Men y por estos dias hace de Leigh Teabing en el Código da Vinci. Entonces cuesta sacarlo de la mente de uno y del papel anterior para volver a verlo como Magneto en la última (esperemos) entrega de X Men.
Sin rodeos: la película es increíble.
La mejor de las 3; buen guión, buen ritmo, buena música, buena edición, buenos efectos. Ésta entrega no carece de nada y nada le sobra, todo en justa medida; ahora bien, se puede pedir más tiempo en la escena de la batalla final, pero eso es para tipos que quieren ver un poco más de personajes del mundo del comic, pero la medida está y seguramente en alguna edición “extendida” del dvd vendrá con más escenas, que es lo que todo fan quiere.
Ver X Men es un gusto, porque se resuelven todos los cabos sueltos de la anterior y resume la situación global del comic (que es la disputa entre 2 bandos de mutantes) y –en teoría- cierra las historias de los personajes principales y finalmente nos deja con un final de trilogía; ahora bien, la escena final obviamente se presta para la cuarta parte, pero es más que nada una pregunta con respuesta abierta ¿realmente la cura mató a la enfermedad? Es algo que uno disfruta, porque a uno que va al cine le gusta que lo hagan participe de una historia entretenida y eso al final de la función se agradece.
Estoy en tal estado de shop, que no puedo escribir más, es que la película es demasiado buena y no hay nada más que decir. Vayan a verla.
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