Sid Barrett ha muerto, me enterado hoy martes por medio de la prensa y quedé en estado de shop; siempre quedo en estado de shop cuando una noticia me golpea, sobretodo cuando se tata de algo o alguien relacionado con la música y la muerte.
Pink Floyd se apresta a lanzar el dvd de la gira del “The Dision Bell” del ’94, la cual formó el disco en vivo “Pulse”, y en cuya gira tocaron completo el “The dark Side Of The Moon”; en el listado de canciones, la segunda interpretada en la gira fue siempre “Astronomi Domine”, tema de autoría de Barrett, quien fue miembro original de la banda por allá por los ’60 y estuvo hasta que le vino la chiripiorca por uso de ácido, el cual lo llevó a un viaje del cual nunca volvió y después de eso, no supimos nunca más de él.
La vida de ciertos personajes del rock es rara y Barrett era uno de esos, un genio; no es necesario venir y escribir sobre algo que es sabido, pero toparse con la noticia de su muerte impide que uno vaya al lugar común y quiera tratar de recordar su genialidad y ensalzarlo, pero como pasa con toda muerte de alguien que uno admiró, todo finado era bueno, pero aquí, si no fue bueno, por lo menos fue buen músico.
¿qué pensarán Gilmour y Waters por estos días? No lo sé, seguramente se sabrá más adelante, pero sin duda que el viejo Barrett está en un mejor lugar donde sus demonios internos ya no le harán la existencia tan miserable como se supone que lo fue mientras estuvo internado peinando la muñeca.
No puedo escribir más, no porque me falten cosas que decir, sino porque un tipo como Barrett no necesita excusas ni homenajes, solo basta escuchar “The piper at the gates of dawn” y el resto, punto.
Hoy me siento confortablemente adormecido.
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