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DELINCUENCIA

Después de ver las noticias un rato y enterarme del “cinematográfico” asalto a una joyería en un mall, me tocó ver como los medios y la manoseada “opinión pública”, buscan a un culpable sobre tanto hecho delictual que hay; sobre lo cual tengo una teoría, pero es para otra oportunidad. Lo que me llama la atención es que, aparte de culpar al gobierno como es costumbre cuando hay desgracias, el otro ente que apareció al baile es la “creatividad” de los delincuentes. Pero me vino a la cabeza lo siguiente: si culpan al cine por darle “ideas” a los delincuentes al ver tramas sofisticadas y ver la creatividad desplegada con efectos especiales y villanos ultra inteligentes que burlan ultra tecnológicos sistemas de vigilancia, ejemplo “Ocean’s eleven” (la de George Clooney y Bradd Pitt). Por qué las autoridades no usan al mismo cine para capturar a los malos? O por último usen la tele, alguien ha visto en el canal Sony la serie “C.S.I.”? también la da el 13. si en esa serie los pacos son más inteligentes y siempre termina pillando al delincuente mediante complejos métodos y deducciones hasta donde la más mínima pista los lleva a solucionar el delito.
¿acaso en carabineros de Chile e investigaciones no hay plata como para comprar las primeras temporadas en DVD de “C.S.I” para pasarlas durante sus cursos?
El cine y la televisión siempre son mencionados como mala influencia, y por qué no usarla para hacer el bien?

OBLIGADO

Leyendo foros por aquí y por allá me encontré con un tema poco común. La lectura obligatoria. Y me vino a la cabeza los libros que tuve que leer obligatoriamente por petición del ramo de (en ése tiempo) castellano, hoy “lenguaje”. Y pensando y leyendo en un blog, me encontré con la critica a Enrique Lafourcade y su “palomita Blanca”, y respondí en ése blog, que Lafourcade no es tan malo como le parece a mucha gente; el problema es que durante los 80’s estuvo demasiado expuesto en el mítico programa de Canal 11 “cuanto vale show?”, donde Lafourcade era el equivalente ochenteno al gringo que despedaza a los participantes del “american idol” (Simon…algo, no me acuerdo el apellido) pero el punto es que, hay generaciones que crecieron viendo a lafourcade entregando 10 lucas y una copia de palomita Blanca o la pepita de oro y bueno, eso irrita a cualquiera. Ahora bien, Palomita Blanca no es el único ejemplo obligatorio de lectura, también está “La cabaña del tío Tom”, y ése sí que es aburrido, por mucho que se trate el tema de la esclavitud y todo eso, pero a los 9 años uno no quiere saber lo mal que lo pasaron los negros durante la esclavitud en EE.UU.; “El último grumete de la baquedano” es otro ejemplo de que cuando te imponen leer algo, no lo encuentras entretenido; “El grumete” es una buena historia, pero el contexto en que uno tiene que leerla no, incluso está la película que TVN emitió muchas veces en los 80 y principios de los 90s y que por alguna razón hoy permanece desparecida ( está bien, puede que la película sea mala, pero en 2 horas te ahorraba las eternas horas que ocuparías en leer el libro antes de la prueba). Cuando chico disfrutaba leer, pero leía lo que yo quería, distinto era cuando te mandaban a leer; “las aventuras de Tom Sawyer”, que eran divertidas, pero obligado a leerlas me parecían una lata; por otro lado, recuerdo que tuve que leer “platero y yo”, el lacrimógeno clásico de Juan Ramón Jiménez, el cual me hizo llorar a mares cuando Platero finalmente muere. Recuerdo perfecto el día que terminé de leerlo y todo lo que involucró ése libro, un drama. Nunca más volví a tomar ése libro. Nunca he estado por no leer, pero me he dado cuenta que, tal como pasa con la música, hay libros sobrevalorados, que hacen que uno se pregunte el por qué de tanta idolatría y uno por curiosidad los lee y termina decepcionado, por lo menos a mi me pasa eso, ejemplos? Siddartha y El Lobo estepario y el Principito, libros que terminan siendo objetos de diferenciación social. Si no leíste el lobo estepario, no sabes de lo que te estás perdiendo y si no lo entiendes eres idiota. Pero terminar de leer un libro no prueba nada, porque leer no debe ser considerado una extensión de la “lectura obligatoria” para el resto de la vida, debe ser un placer, un gusto, como sentarse frente una cassata de chocolate donde uno con una cuchara sopera lo degusta como mejor te plazca y te haga sentir bien y sacar alguna enseñanza (obviamente que del helado no es mucho lo que se puede sacar, aparte de las calorías, pero ése es otro tema); el punto es disfrutar la lectura.
Y volviendo a un punto anterior; comentaba que más que los libros de Lafourcade, lo más destacable que tiene éste tipo son sus columnas del Mercurio, las cuales disfruto mucho cada vez que puedo leerlas,(claro que hace rato que no leo un Mercurio) ya que resume un montón de cosas y mezcla temas y lo mejor: en solo una hoja; no es que sea flojo para leer, pero cuando uno tiene el poder de síntesis (cosa que no es mi caso, porque habrán notado que no hay claridad), deja en claro la premisa “menos es más”. Aparte que no se limitan a lo que uno está acostumbrado a leer en sus libros, mezclan ironía con humor y rechazo y, de ésas columnas pueden salir verdaderas banderas de lucha y al final todos apreciamos que haya gente con posturas convincentes y válidas que por momentos nadie parece tener por estos días de tanta liviandad cultural.

Saludos a Amanda y bueno, quedaron ideas fuera de aquí, pero que podrán aparecer más adelante.