domingo, septiembre 03, 2006

CHILE DESDE AL LADO

Dentro del mes de la patria, uno no puede dejar de pensar en éste bizarro país con todo lo que ello conlleva y no hace falta ser un profesional de la sociología para analizar al “shileno medio” como un espécimen digno de análisis; basta ver ciertos comportamientos de nuestros pares para darse cuento de esto.
La promiscuidad con que el compatriota se mimetiza con alguna cultura extranjera es algo sin precedentes; de partida porque en cualquier país del mundo hay una colonia de chilenos residentes bastante amplia que se hace notar a distancia. Lo llamativo es la “xenofobia” que caracteriza al “shileno medio” cuando viene alguien de otro país y notamos su acento o costumbres diferentes para mofarnos de ellos y hacerlos sentir mal, pese a que la canción dice “verás como quieren en Chile al amigo cuando es forastero”, pero a eso hay que agregarle que la calida bienvenida es a alguien que sea de pelo rubio y alto y no cholos con pelo mechas de clavo y pocas lucas en el bolsillo. Somos discriminadores, pero eso es un caso aparte.
Cuando el chileno viaja se mimetiza porque el “shileno medio” es apocado y para que no noten que viene de Chile, ya que lamentablemente y –querámoslo o no- tenemos mala imagen afuera (vean los delincuentes en España), entonces para mantenernos alegados de la imagen negativa, nos hacemos los desentendidos en el extranjero.
Me di cuenta de esto cuando viajé a Buenos Aires el 2003, en el avión iba harto chileno (era la época de la crisis en Argentina y los chilenos hacían nata comprando y comiendo en el vecino país); entonces entre tanto chileno, uno se siente incómodo porque la prepotencia de algunos es vergonzosa y uno no puede llegar a un aeropuerto echando la foca. En fin; durante ése fin de semana de mi estadía, me tocó ver varios compatriotas disimulando el nulo acento nacional y entregándose completamente al acento argentino, el “mirá”, “decíme”,vos sabés” todas las muletillas que podían ocupar se hacían pocas en bocas de chilenos que preguntaban algo ya sea en la calle, en tiendas o restoranes.
Pero al ver esos espectáculos, los argentinos ya cachan que son chilenos porque por mucho que traten de copiar el “habla” se olvidan que andan con cámaras de fotos y montones de bolsas de tiendas, lo cual obviamente delata a cualquier turista en cualquier parte del mundo. Triste, me tocó ver a hartos chilenos haciéndose pasar por argentinos, incluso algunos se sentían contentos cuando veían otros chilenos hablando como argentinos.
Da como vergüenza ajena ver éste tipo de situaciones, teniendo en cuenta que cada verano los vecinos vienen y repletan nuestras playas por semanas y vuelven a su país con el mismo acento y los chilenos están 2 días allá y se olvidan del acento “chileno”.
Lo otro que llama la atención es que en verano odiamos a los argentinos por llenar nuestras playas, llevarse a todas la minas y ser buenos para la pelota, pero cuando somos nosotros los visitantes queremos ser como ellos, porque nos sentimos disminuidos ante ellos y queremos experimentar qué se siente ser un tipo canchero.
País de mierda? No creo, creo que el país no tiene la culpa, es la gente y bueno, la gente hace un país, pero no a la tierra, y en realidad el “shileno medio” es especial.
Para el registro, les digo que mi viaje fue por motivos musicales frustrados. En teoría el 2003 venía Metallica y había comprado los pasajes para verlos en Buenos Aires y los muy desgraciados cancelaron la gira y tuve que viajar igual para no perder la plata, así que no fue un viaje de “placer”. Pero sirvió para ver cómo somos afuera y desilusionarme de mis compatriotas.



Saludos, abrazos y besos a mis nuevos lectores, Amanda, Carrie, Outsider y al resto, sigan leyendo y riendo
atte. Cristiancito

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