Rock & Pop Parte 5 EL FINAL DE UN CICLO

Lo que siguió entre 1997 y 1998 fue un cambio paulatino y que sirvió de testeo para ver qué se podía o no hacer en la radio; mientras el resto de las radios juveniles sonaban exactamente igual, la Rock & Pop podía darse el lujo de ir probando programas para tratar de mantener el liderazgo radial. La pelea era dura, el formato era estrujado hasta el hartazgo por tanta voz “juvenil-representativa-nueva-generación” que estaba saturando al dial y eso acusó golpe en la emisora. El fenómeno Rock & Pop estaba amainando y el boom de lo que fue la revista y el canal aún repercutían en el medio local.
Durante el ’97 fue el momento de continuidad para el proyecto del rock chileno, y se consagraron menos bandas de las que se esperaba con sus segundos y terceros discos. El colador necesario para seguir escuchando música nacional había pasado la cuenta y los que lo hicieron bien pudieron continuar, incluso algunos hasta hoy. El 97 fue el año de la salida del último disco realmente potente de Los Tres, Fome.
En “los bacalaos Daos” se produce el primer cambio: sale el Rumpy entra Cote Correa, conductor de Grado 28” del canal 2.
Las Spice Girls hacían nata en el mundo del pop junto a los Backstreet boys y otros. “World Chat Show” fue el programa de los domingos que en 2 hors husmeaba en los rankigs del mundo, a cargo de Pablo Márquez.
Otro cambio pasó en La Grúa, Mauricio Soto tomaba el cargo de despertar a la juventud en el ’98; Gabriel Polgatti se tomaba el dial de 12 a 13 horas con “Perdidos en el espacio” (mas adelante se llamaría “Memoria Estéreo”), donde recordaba canciones y grupos perdidos en los estantes de los discos que ya no sonaban. Durante el verano partió un experimento: “De Guata al Sol” con Karin Yanine, Pablo Márquez y Cote Correa que iba de lunes a sábado de 14 a 20 horas…una maratón, literalmente. “Rock and Rolo” era la apuesta veraniega de Rolando Ramos de lunes a viernes de 22 a 23 horas y finalmente “Punto G” con Valeria Peña y Lucia López, espacio que iba de 00 a 02 am. El espacio nocturno con entrevistas “profundas” con invitados, pero que finalmente no pasó mucho. Era verano.
En marzo partió “Fiebre de Sábado por la tarde” con Valeria peña y Cote Correa. “La Caverna” sería el nuevo programa nocturno junto a Pablo Aranzaes de lunes a viernes de 21 a 23 y el resto seguía igual, al igual que todo el resto del díal. Pero los días de gloria comenzaban a decir adiós; la radio no dejaba los top 10, pero ya no estaba entre las 3 primeras.
Musicalmente en vivo, Chile estuvo activo, el 14 de marzo del ’98 Oasis tocaba en el San carlos de Acuiquindo, en agosto tuvimos 2 show en menos de una semana; el 19 Prodigy nos pateó la cara; el 24 los Pumpkins con un show demasiado avanzado para los fans chilenos que querían escuchar las guitarras del Mellon Collie y el 25 Bjork nos maravilló.

A mediados del ’98 el proyecto de la revista Rock & Pop finalizó, se acabó para siempre. Por ahí Fernando Mujica, tiempo después dijo que a ése proyecto nunca le vio futuro porque era una versión rasca de la Rolling Stone. Criticas más, criticas menos, la revista sirvió mucho durante sus 2 primeros años, el último año debido a las bajas ventas tuvo que reinventarse, pero no resultó y el producto tuvo que abandonar kioscos. Radio Cooperativa estaba vendiendo la radio al conglomerado comunicacional Iberoamerican y la Rock & Pop se cambiaba a de casa a sus actuales cuarteles en Eliodoro Yañez, Providencia. El canal 2 por su parte, no lo hacía nada bien y los índices de sintonía eran muy bajos para los que en un principio se tenían proyectados. Y finalmente en 1999 el canal se despedía de la pantalla abierta sin siquiera tener la oportunidad de decir al aire que un determinado día las transmisiones llegaban a su fin.

Con la llegada a Iberoamerican, la radio acusó un golpe en su estructura, se perdió la magia podría decir los puristas, se ganó audiencia dirían los optimistas, pero lo esencial fue se perdió el “aura” original de radio. Si bien el humor es una de las premisas de la radio hasta el día de hoy, cierta “ñoñez” se perdió y no volvimos a reírnos del pasado.
Pablo Aranzaes pasó a conducir el programa que siguió a “Ciudad Cuatica”, Karin Yanine se despidió de “Sin restricción” y llegó Patricio Cuevas, quien venía de radio Carolina. Puede que sea una nimiedad, pero el hecho de que la radio más masiva que haya tenido el dial, recurriera a la que era considerada la “competencia” o, en términos más fanáticos, “la enemiga”, para abastecerse de voces “frescas”, fue una traición.
Así de simple. Cuevas llegó a “La grúa”, y lo pasó mal los primeros meses y la radio también comenzó a perder audiencia.
En el cíclico mundo de la música, el Pop volvió en gloria y majestad y se apoderó del dial una vez más; las “alianzas estratégicas” entre el imperio Iberoamerican y los sellos disqueros comenzaron a hacer mella en la programación de la mayoría de las radios, no solo de la 94.1; los “one hit Gonder” hacían nada y no había cómo pararlos y la gente dejó de escuchar radio y comenzó un peregrinaje radial.
A mediados de 1997 Concierto había aprobado, luego del fallido proyecto de los “angeles” de Christian Warken, la nueva propuesta: Rock y Guitarras. El proyecto fue bienvenido por la juventud rockera, y aunque los índices de audiencia eran bajos, en la segmentación eran primera. Pero, Iberoamerican compró Concierto y el proyecto también llegó a compartir edificio con Rock & Pop, Pudahuel y otras. El proyecto Rock y Guitarras siguió hasta agosto de 1999; el 31 de el proyecto se acababa con “to live is to die” para dar paso a la “Rue Morgue” en la nueva FM Hit; proyecto adolescente que le haría la competencia a Carolina, paradójicamente.

A partir de 2000, la radio entró en una nueva etapa, es una etapa más reciente, más fresca y no tan olvidada. Las nuevas generaciones han conocido la misma radio, no saben más de ella, pero las generaciones mayores han crecido viendo los cambios y mutaciones de la radio más radical que haya tenido el dial nacional.
Los auditores de la “rocka” son militantes por herencia, porque sus hermanos mayores crecieron escuchándola y les pasaron la responsabilidad; porque la radio no puede dejar botado su target original: 15 a 25; y mientras pasan 5 años, hay un grupo de auditores que se aleja de la radio por gustos musicales, madurez, lo que sea y sucesivamente entra otra generación que quiere saber cual es la música que la lleva, ya que ésa es otra de las premisas de la radio: adelantarse a los eventos y anticipar las tendencias y eso siempre los fieles auditores lo han agradecido.
Mientras Cuevas hoy se refiere al grupo de auditores acérrimos de la radio como “minoria ruidosa”, al parecer esa minoría es la que de verdad siente lo que pasa con la radio en el día a día. Son los mismos que llaman para reclamar por las nuevas voces que se han apoderado de la radio, para alegar por la mala música que ha sonado, los que mandan mails pidiendo responsabilidad, exigiendo calidad y no mediocridad. Esa minoría, al parecer no es tan menor, pero al no tener el poder para cambiar las cosas, solamente queda hacerse notar hasta que aburra; porque la radio es parte de las nuevas generaciones, las generaciones “nacidas en democracia”, es de los que la escuchan día a día y la tienen en la memoria del auto, del equipo, en el walkman, en el mp3, es del que va arriba de la micro y cabecea y mueve la patita siguiendo el ritmo de la canción que está sonando en cualquier momento, de los que llaman por teléfono y contestan lo que sea para ganarse una entrada, los que hacen todo por ganarse algo más, los que mandan mails para expresar sus ideas, los que putean hasta decir basta cuando no están de acuerdo con algo, los que se congregan en torno a un programa para conocer más de música y se comienzan relaciones con otros que también andan en la misma búsqueda, de esos es la radio.
El mayor logro de la radio es hacer que la audiencia se pase la posta de generación a generación, que, a estas alturas, son padres e hijos que comparten música, conocimientos y gustos al lado de un parlante. Ese es el poder de la buena música y de las buenas radios, crear lazos con respeto y fidelidad tanto como para sus auditores como para la propia música y a sus principios.

El público objetivo de la radio es fiel, fue fiel y será fiel si la misma radio mantiene sus principios rupturistas que la hicieron lo que hoy significa como marca; y eso es una responsabilidad mayor que al parecer es demasiada carga para los que están a mando del buque hoy, pero eso no quiere decir que los auditores hayan perdido la fe en la radio y que celebren el día que la Rock & Pop vuelva a sonar más fuerte de lo que sonó en sus años de gloria.

F I N

Nota al margen:
Muchas gracias a todos quienes se dieron el tiempo de leer ésta resumida versión de una pequeña parte de la historia de la mejor radio de Chile y por qué no, también un trozo de la historia popular reciente del país.
Sinceramente les agradezco la dedicación y esto es fruto del cariño que le tengo a la radio. Pero como buena relación, está llena de amor y odio.
Aún guardo revistas, cassettes y memorabilia que acredita la montonera de cosas que gané en la radio, ya que son parte de mi historia.

ATTE. CRISTIAN ACEVEDO.